"No ha apagado todos estos incendios, pero los ha retrasado y creo que eso nos ha dado un gran impulso moral", ha dicho este viernes el comisionado adjunto del Servicio Rural de Bomberos, Rob Rogers, que forma parte de esos más de 3.000 bomberos que actualmente están desplegados en el sur de Australia.
Rogers ha explicado que esperan que las lluvias previstas para este fin de semana en Nueva Gales del Sur ayuden a paliar un poco la situación en ese estado, el mas perjudicado por los incendios y con "áreas de mayor dificultad de acceso".
Pese a la difícil situación, Rogers ha informado de que actualmente siguen activos 80 incendios a lo largo y ancho del estado de Nueva Gales del Sur, aunque todos ellos estaban en los niveles más bajos de alerta.
Australia ha atravesado condiciones climáticas extremas, con previsiones que en ocasiones superaron los 40 grados centígrados y vientos de hasta 90 kilómetros por hora en muchas áreas rurales, situaciones que han dificultado la extinción de unos fuegos que ya han devorado unas 10 millones de hectáreas en todo el país y han provocado la muerte de una treintena de personas y daños valorados en millones de dólares, así como la devastación de la genuina biodiversidad del país.
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