"La inflación acumulada desde diciembre de 2015 llegó al 275%, según nuestras estimaciones", puntualizó a Sputnik el coordinador de economistas de la institución.
El alza de precios que hubo en Argentina durante 2019 es el más alto desde 1991, cuando el incremento del IPC llegó al 84% tras la hiperinflación que se registró durante el último año de la gestión del expresidente Raúl Alfonsín (1983-1989) y el primero de la década de los 90, ya bajo el Gobierno de Carlos Menem (1989-1999).
Esta inflación sin precedentes en los últimos 28 años se debe a un desbalance macroeconómico de la gestión anterior, consideró el coordinador de Orlando Ferreres.
"Al principio el Gobierno intentó hacer una meta de inflación que parecía bastante optimista (y que aspiraba en 2016 a que el aumento del IPC no superara el 25%), pero aquello no funcionó", recordó Alonzo.
A finales de 2017 el Ejecutivo "vulneró un poco la autonomía que tenía el Banco Central para fijar las tasas de interés al presionar para bajar las tasas, lo que llevó a que el mercado perdiera confianza en independencia del organismo", contextualizó el economista.
A partir de abril de 2018 "empezaron a verse shocks en los precios relativos, que son saltos en el tipo de cambio real, después de que a nivel internacional hubiera una subida en las tasas de interés a largo plazo, lo que provocó la salida de capitales de países emergentes, y principalmente de Argentina, que es un país sumamente dependiente del financiamiento externo", puntualizó el experto.
En junio de ese año, el Gobierno argentino firmó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un acuerdo que debió ampliar y renegociar tres meses después, y que contemplaba un rescate por valor de 56.300 millones de dólares, el mayor crédito otorgado por la entidad a un solo país en toda su historia.
En contrapartida, el organismo multilateral exigió un ajuste en las partidas presupuestarias para llegar a un equilibrio en el déficit, lo que conllevaba un programa estricto en lo fiscal y en lo monetario.
La situación de inestabilidad volvió de manera más acentuada a partir de las elecciones primarias de agosto de 2019, cuando los intentos de reelección de Macri se vieron amenazados ante los casi 16 puntos de diferencia que logró el entonces candidato a presidente Alberto Fernández.
Tras aquellos comicios, los activos argentinos se desplomaron junto a la moneda local, que se depreció 38,8% hasta final de año.
Argentina nunca tuvo un esquema monetario estable o moderno, recordó el coordinador de la consultora.
Ante una inflación alta y estable, distintos sectores de la sociedad civil buscan mecanismos de acuerdo de precios, sea en salarios o alquileres, “lo que obliga al Banco Central a apretar la política monetaria con tasas de interés más altas”, señaló.
Al llegar la gestión de Macri al poder, el órgano oficial de estadísticas, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), suspendió la difusión de datos de la inflación hasta mayo de 2016 para restaurar la credibilidad que había perdido durante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).
La consultora Orlando Ferreres estima que la inflación en 2016 fue del 34,1%.
El aumento del índice de precios en 2017 llegó al 24,8%, ya de acuerdo al Indec, y la de 2018 alcanzó el 47,6%.
Con una subida del 72,1%, la salud fue lo que más se encareció en los últimos doce meses de 2019, seguido de la comunicación (63,9%), el equipamiento y mantenimiento del hogar (63,7%), y alimentos y bebidas no alcohólicas (56,8%).
La variación interanual del IPC más alta durante 2019 se detectó en el mes de mayo, con un aumento general del 57,3% en bienes y servicios.