El premier Boris Johnson ha rechazado la transferencia de competencias a Escocia para convocar un segundo referéndum de independencia en el 2020. En una carta dirigida a la ministra principal Nicola Sturgeon, Johnson se niega a aplicar la sección 30 de la ley de autonomía de Escocia de 1998 (Scotland Act), en virtud de la cual Londres puede ceder poderes al Parlamento local en asuntos normalmente reservados para el Gobierno central.
Johnson se ha negado rotundamente a seguir los pasos de David Cameron, que llegó a un acuerdo con el entonces ministro principal Alex Salmond (posteriormente ratificado por Westminster), para la celebración del referéndum del 2014, en el que la permanencia en el Reino Unido ganó a la independencia por una amplia diferencia de 10 puntos (55% a 45%).
"El pueblo escocés votó de una manera decisiva a favor de mantener la integridad del Reino Unido, y ése es un resultado que tanto el Gobierno escocés como el británico deben comprometerse a respetar", escribió Johnson en su cuenta en Twitter. "Vamos a hacer que el 2020 sea el año del crecimiento y de la oportunidad para todo el Reino Unido".
La ministra principal Nicola Sturgeon, que escribió al premier el 19 de diciembre pidiéndole la transferencia de poderes, calificó la postura de Johnson como "insostenible y contraproducente" . "La unidad en Westminster no se puede mantener sin consenso", advirtió Sturgeon. "La democracia prevalecerá, y la única duda será cuánto tiempo tardarán los tories en aceptar la inevitabilidad (del referéndum)".
Sturgeon reconoció que esperaba un No por respuesta y acusó al Gobierno conservador de "aterrorizar a los escoceses negándoles la capacidad para decidir sobre su futuro". La líder del Partido Nacional Escocés (SNP) anunció que decidirá los siguientes pasos en las próximas semanas. Entre sus opciones están la de ejercer la presión desde el Parlamento local de Holyrood, a la posibilidad de llevar la batalla a los tribunales.
En el documento de 38 páginas remitido a Johnson, y titulado El derecho de Escocia a elegir, la ministra principal recalca cómo el Brexit -previsto para 31 de enero- cambia el escenario político y cómo los escoceses -que votaron por más de 60% a favor de la permanencia- no pueden ser obligados a salir de la UE contra su voluntad.
La líder del SNP pretende aprovechar el momento de fuerza de los independentistas tras lograr 47 de los 59 escaños en liza en Escocia en las elecciones del 12 de diciembre. Miles de escoceses se manifestaron el pasado fin de semana en Glasgow reclamando una nueva consulta soberanista. El apoyo a la independencia sigue sin embargo estacando entre el 45% y el 48% en los últimos sondeos.
En su respuesta personal a Sturgeon, Johnson asegura que ha tenido en cuenta "cuidadosamente" sus argumentos y ha llegado a la conclusión de que "otro referéndum de independencia sólo puede llevar al estancamiento político en Escocia durante otra década".
Johnson aseguró que el resultado del 2014 es válido "para toda una generación" y que no puede autorizar la transferencia de poderes para un nuevo referéndum, ni siquiera en el caso de que el SNP lograra una mayoría absoluta en las elecciones locales previstas para el 2021. La intención inicial de Sturgeon era celebrar una nueva consulta en la segunda mitad del 2020, meses antes de la nueva cita de los escoceses con las urnas.
Elmundo.es
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