Hay 28 muertos y más de 10 millones de hectáreas devastadas, lo que ocasionó que el país experimenta la peor temporada de fuegos en su historia.
Estos incendios forestales podrían volverse normales a menos que el mundo se mueva rápidamente a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global, así lo advierten los científicos.
Las masivas evacuaciones continúan en el sudeste del país, sobre todo en los estados más afectados de Nueva Gales del Sur y Victoria.
Los bomberos cargan cajas con kilos de tubérculos en un helicóptero para lanzarlos desde lo alto a los animales salvajes supervivientes a la ola de incendios que ha azotado el país. Se calcula que ya han muerto mil millones de animales.
Aunque los pronósticos de lluvias ocasionaron esperanza en la batalla de meses de bomberos exhaustos para contener los incendios sin precedentes en Australia, pero el humo tóxico de las llamas sopló en la ciudad de Melbourne.
La contaminación en esta ciudad, que ha sido nombrada la ciudad más habitable del mundo, fue calificada como peligrosa. Las autoridades advirtieron a los ciudadanos que permanezcan en casa.
Actualmente, decenas de incendios permanecieron fuera de control y, con muchas semanas de clima caluroso aún esperado durante todo el verano de Australia, no hubo indicios de que la crisis terminaría pronto.
HispanTV
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