De la misión en Irak contra Daesh no está todo contado. Uno de los capítulos menos conocidos y difundidos por el Ministerio de Defensa fue la participación de militares de operaciones especiales españoles en la toma de Mosul en junio de 2017. Aquella fue una batalla decisiva para el desmoronamiento del califato del Estado Islámico, autoproclamado tres años antes desde la gran mezquita de Al Nuri de esa ciudad, situada a 400 kilómetros al norte de Bagdad y, por tanto, lejos de las bases donde despliegan las tropas españolas. Aquella fue una batalla ganada edificio a edificio, túnel a túnel, por las tropas iraquíes.
«Puedes contarlo ya, sí,… porque no creo que los españoles sepan que nuestros equipos de Operaciones Especiales participaron en la toma de Mosul junto a las unidades del Ejército iraquí que adiestraban. Fue una misión de acompañamiento. Porque en Irak no solo hemos adiestrado al Ejército iraquí. Eso sí, nunca pusimos pie en Mosul, nos quedamos en los alrededores», detalla a ABC una fuente militar conocedora de una operación decisiva que contó con el apoyo fundamental, en la retaguardia próxima, de la fuerzas de la Coalición Internacional.
Precisamente el 22 de enero se cumplen cinco años de la llegada a esta nueva misión en Irak de los primeros 30 efectivos del Mando de Operaciones Especiales. Conocido como el MOE o las «boinas verdes», ésta es la unidad de élite del Ejército de Tierra cuya base se localiza en Rabasa (Alicante).
Este lustro de misión llega en un momento delicado en la región por la muerte del general iraní Qassem Suleimani y sus lugartenientes tras un bombardeo de un dron MQ-9 Reaper de EE.UU. en las inmediaciones del aeropuerto de Bagdad. La chispa que faltaba en la creciente tensión entre EE.UU. e Irán.
Ahora la misión de adiestramiento es más compleja y numerosa que en sus inicios. Involucra a adiestradores, también en operaciones especiales, equipo de obtención de inteligencia mediante drones o asesoramiento a los cuadros de mando del Ejército iraquí, entre otras tareas. España incluso aporta seis helicópteros de transporte (tres Cougar y tres Chinook) integrados en una brigada de aviación de combate de EE.UU. (244th Combat Aviation Brigade), siendo la primera vez que se alcanza este hito de integración con EE.UU. en una misión internacional.
A la operación primigenia «Inherent Resolve» de la Coalición, formada por sesenta países y organizaciones internacionales, se une otra menor de la OTAN, donde España desempeña un papel importante en el asesoramiento en la desactivación de explosivos improvisados. La Administración Trump quiere que la Alianza Atlántica se involucre más en Irak, de ahí esta nueva misión lanzada tras la Cumbre de Bruselas en 2018.
En años anteriores los militares españoles llegaron incluso a adiestrar a las tropas iraquíes en el uso de carros de combate o guerra química. Se trata de toda «una universidad de la guerra del siglo XXI» -como Afganistán, ciertamente- con el objetivo de que los iraquíes sean capaces de retomar su defensa e impedir que Daesh -u otra fuerza- resurja de sus cenizas y amenace la estabilidad de la región.
La participación de las Fuerzas Armadas españolas fue autorizada por el Pleno del Congreso de los Diputados el 22 de octubre de 2014 por 314 votos a favor, 11 en contra y cuatro abstenciones. Entre los diputados que votaron en contra se encontraba un joven Alberto Garzón, próximo ministro de Consumo. Podemos aún no tenía presencia en el Congreso.
Según cifras extraoficiales, 551 militares y guardias civiles despliegan en Irak (506 bajo el «paraguas» de la Coalición y 45 con la OTAN). Se reparten en cuatro bases: Besmayah (347 efectivos), Taji (70 militares con seis helicópteros Cougar y Chinook), Al Taqqadum (número sin determinar) y Bagdad, donde permanece un número desconocido en tareas de adiestramiento y tres efectivos en los cuarteles de la OTAN.
Otros diez militares españoles fueron evacuados esta semana de la «Zona Verde» de Bagdad hacia Kuwait como medida preventiva ante una posible venganza iraní. La fuerza española en Irak representa aproximadamente un 5 por ciento del total internacional, con EE.UU. liderando el despliegue.
«La situación en las bases es de normalidad dentro de la suspensión de actividades», relata a ABC un militar español. Finalmente la «venganza» del régimen de los ayatolás sucedió en la base de Al Asad, donde se encuentran fuerzas iraquíes y estadounidenses principalmente, « aunque en su día por allí también pasaron temporalmente efectivos de operaciones especiales españoles», nos cuentan. Y es que la labor de estos efectivos, codo con codo con las fuerzas iraquíes, es muy flexible y demandante según las regiones del país donde desplegaban las tropas iraquíes a las que adiestraron.
Por su parte, Defensa se remite al último comunicado y no desea ofrecer más información: «La situación en Besmayah es de total normalidad, sin que haya habido ningún cambio en la misma. Cualquier decisión que se tome será bajo el paraguas de de OTAN o de la Coalición» (7 de enero).
Eso sí, ambas misiones decidieron suspender sus actividades tras la muerte de Suleimani, «lo que implica permanecer dentro de las bases y reducir contacto próximo con los locales», detalla otra fuente militar que constata igualmente «la normalidad de esta semana, dentro de las circunstancias».
Misión sin medalla
«La rotación en la que serví vivió la caída de Mosul. Muchos de los combatientes iraquíes que se bregaron allí habían sido instruidos en la base Gran Capitán de Besmayah por cuadros de mandos españoles. Vivimos sus penas y alegrías como propias», relata un militar que desplegó en Irak.
Curiosamente, esta misión que cumple cinco años este mes, no cuenta con el reconocimiento de la «medalla de campaña» correspondiente para los más de 3.500 militares y guardias civiles que han pasado por Irak. Creada por el anterior Ejecutivo de Rajoy, es una fórmula que viene a rellenar un vacío existente en aquellas misiones a las que acuden los militares españoles y no están bajo el mandato de la UE, la OTAN o la ONU. A Irak, por entonces, sólo se iba con la Coalición que lidera EE.UU.
Defensa mantiene congelado el proyecto de «medalla de campaña» para Irak. Se prefiere mirar para otro lado. Eso sí, muchos de ellos aún guardan firme el recuerdo de aquellos días en los alrededores de Mosul. Una historia no contada de Irak.
abc