El Barcelona, campeón de las últimas dos ediciones de LaLiga, semifinalista de la Champions y finalista de Copa tiene a su técnico, Ernesto Valverde, contra las cuerdas. “En este momento, su situación es frágil”, aseguran en el Camp Nou, mientras el secretario técnico Eric Abidal y el CEO Óscar Grau negocian el fichaje a la carta de Xavi Hernández en Qatar.
No le alcanza a Valverde con tener a su equipo líder con el Madrid, tampoco con haber clasificado al conjunto azulgrana como primero de grupo en la Liga de Campeones. El ruido de los dos escarnios en la Champions (en 2018 ante la Roma y en 2019 ante el Liverpool) todavía aturde al mandamás del vestuario. Hace tiempo que en el Barça se piensa en un sustituto de Valverde, cuyo contrato expira en junio. No esperaban, en cualquier caso, activar la opción en el inicio del 2020. El cambio se puede dar ahora o en junio según diga Xavi. “El Barça es un sueño, lo he dicho muchas veces. Es el club de mi corazón, pero ahora estoy centrado en el Al Sadd, con el que tenemos por delante una final muy importante. Estoy muy feliz aquí y tengo mucho respeto por este club. No puedo decir nada más”, aseguró Xavi, que tiene contrato con el club catarí hasta junio de 2020, después de que su equipo derrotara por 4-1 al Al Rayyan en la semifinal de la Copa Príncipe de Catar. La final será el próximo viernes. “Respeto a Ernesto Valverde, que es el entrenador del Barcelona, respeto al Barça y respeto a mi club”, concluyó.
En el futuro inmediato del Barcelona aparecía el nombre de Ronald Koeman. Una opción viable para después de la Eurocopa, una vez que el técnico holandés se desvinculara del banquillo de su selección ya que cuenta con una cláusula libertaria para dirigir al Barça. La directiva que lideraba Josep Maria Bartomeu, que finaliza su mandato en 2021, miraba con buenos ojos la opción de Koeman a diferencia del vestuario. Su fama no es la de ser un tipo permisivo con los jugadores. El preparador de la Oranje, en cualquier caso, no era el único de la lista. Xavi Hernández, el preferido del precandidato a la presidencia Víctor Font, también figuraba en rojo en la secretaria técnica. De hecho, hace tres meses planearon un encuentro con el actual entrenador de Al-Sadd. Nunca pensaron que esa conversación se concretaría justo después de que el Barça de Valverde sufriera un nuevo revés, esta vez ante el Atlético, que le remontó el duelo en la semifinal de la nueva Supercopa de España.
Abidal y Grau, se reunieron con Xavi Hernández el pasado viernes en Doha y tenían previsto continuar ayer las reuniones. “La posibilidad de que Xavi vaya al Barcelona en cualquier momento es normal. Se espera que regrese en el futuro porque fue su club y su primera casa. Pero hasta el día de hoy es el entrenador del Al-Sadd Club”, publicó la entidad catarí en su cuenta de Twitter. Y añadió: “Xavi está concentrado en su trabajo con el equipo y cualquier negociación sobre su marcha será a través de los canales oficiales”. En el Barcelona sostuvieron que el viaje a Catar era una visita a Dembélé —se recupera de su lesión en el bíceps femoral en el Hospital de Aspetar—, Xavi se refugió en el silencio, hasta ayer, cuando afirmó que de momento prefiere centrarse en su equipo y guardar respeto a la figura de Valverde.
El nombre de Xavi no disgusta en el grupo azulgrana. Los pesos pesados del vestuario han coincidido con el jugador que más veces vistió la camiseta del Barça. De hecho, hay un importante futbolista azulgrana que regateó un compromiso agendado con la prensa para evitar que se le preguntara por la situación de Valverde y la posibilidad de que el campeón del mundo con España regresara al Camp Nou, ahora para sentarse en el banquillo. La plantilla está de fiesta hasta el lunes.
Messi y compañía, sin embargo, siempre han apoyado a Valverde. Y lo hicieron a los cuatro vientos. Tata Martino, entrenador de emergencia del Barcelona en la temporada 2013-2014 tras la salida de Tito Vilanova, y el seleccionador que llevó a Argentina a dos finales seguidas en América, acostumbra a decir que echó en falta el apoyo del capitán. Pero Messi acostumbra a no mojarse. No lo hace en las elecciones y tampoco se posiciona públicamente en favor de ningún entrenador. No quiere que se utilice su nombre. Sin embargo, el rosarino defiende a Valverde. Lo hizo la temporada pasada. “Me gustaría que Valverde siguiera”, dijo, también tras la derrota ante el Atlético.
El respaldo de Messi
“Sí, hay plena confianza en el míster”, subrayó, sin titubeos, Messi cuando le preguntaron por el compromiso del vestuario con el entrenador. Y cuando le insistieron resolvió: “Ya contesté esa pregunta”. Luis Suárez, el socio fiel del 10, fue más contundente en la defensa de Valverde. “No es culpa suya. Es una situación nuestra. El entrenador no tiene ninguna culpa”, aseguró el delantero uruguayo. No fue casual que el argentino se dejara ver en la zona mixta del estadio Rey Abdullah. Elige sus comparecencias, nunca más necesaria para Valverde que tras la remontada del Atlético. Sabía Messi que si Valverde había renovado su contrato el año pasado era porque contaba con su beneplácito.
Para Guardiola fue difícil su último año en el Camp Nou y también para Luis Enrique. Ninguno, sin embargo, las pasó tan canutas como Valverde, cuya situación es de máxima precariedad, después de que renovara por un año y su destitución en junio fuera suspendida por el presidente Bartomeu.
Aunque apoyado por el vestuario, el Txingurri tiene el crédito contado en la directiva, que intenta fichar a Xavi sin haberse pronunciado sobre la continuidad o no del actual técnico. Xavi tiene un doble filón para la junta: por un lado silencia a la oposición, y por el otro contenta a un vestuario que no quiere ogros ni iluminados. La última vez que el Barça despidió a un entrenador fue a Van Gaal en 2003. Lo reemplazó Antic en época de Gaspart. Valverde parece señalado, mientras Xavi medita si preparar las maletas. Una decisión complicada: si acepta, se pone bajo el ala de una directiva débil y con elecciones previstas para 2021; y si dice que no, puede quedar marcado por negarse a regresar a su casa.
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