Cuatro vicepresidencias, incluida una para la agenda verde. El presidente Pedro Sánchez elevó este jueves al rango de vicepresidencia las cuatro áreas clave en las que pretende enfocar la legislatura: economía, ecología, España vacía y políticas sociales. Carmen Calvo será vicepresidenta primera, y a las figuras de Nadia Calviño y Pablo Iglesias se suma por sorpresa una cuarta vicepresidencia verde para Teresa Ribera. El ascenso de Ribera devalúa un tanto la vicepresidencia de Pablo Iglesias y genera los primeros resquemores en la coalición de Gobierno. María Jesús Montero, ministra de Hacienda, gana peso con la portavocía del Ejecutivo.
El primer Ejecutivo de coalición en la España democrática arranca plagado de novedades. Y con los primeros resquemores entre los socios. La decisión del presidente Sánchez de crear cuatro vicepresidencias no fue acogida precisamente con alborozo por parte de Unidas Podemos. Iglesias se apresuró el lunes a dar a conocer a todos los miembros de su equipo, y Sánchez contrarrestó ese movimiento con un golpe de efecto: una cuarta vicepresidencia para Teresa Ribera y la agenda climática, llamada a ser una de las estrellas de la legislatura que comienza. La Moncloa subrayó que el objetivo es dar el máximo nivel a las cuatro áreas con rango de vicepresidencia.
Sánchez opta por un proyecto marcado por la economía, la transición ecológica y la España vacía, junto a las políticas sociales y los derechos civiles encuadrados en el área de Iglesias. Carmen Calvo ocupará una vicepresidencia primera con mucho quilates políticos: conserva el ministerio de Presidencia y Relaciones con las Cortes, esencial en la búsqueda de mayorías, y suma las competencias de memoria histórica. Iglesias tendrá la vicepresidencia segunda, de Derechos Sociales y Agenda 2030, lo que le dará una amplísima proyección social, nacional e internacional. Nadia Calviño será vicepresidenta tercera de Economía y Transformación Digital. Pero Podemos no contaba con una cuarta vicepresidencia para Teresa Ribera, con el área de Transición Ecológica pero también con competencias para combatir la despoblación de la España vaciada.
Calvo, Calviño y Ribera —y sus respectivas áreas— reciben así el reconocimiento de Pedro Sánchez, así como María Jesús Montero, que será la portavoz del Gobierno y repite como ministra de Hacienda. La Moncloa destacó que el nombramiento de Montero se ajusta al interés de colocar la economía en el primer plano. Sánchez considera que Montero tiene cualidades políticas idóneas para explicar la gestión del Gobierno de coalición.
La creación de cuatro vicepresidencias creó cierto revuelo, si no malestar, en Unidas Podemos. El partido desconocía las intenciones del presidente sobre la vicepresidencia verde. Fuentes socialistas aseguraron que pactó con Podemos los ministros de esa formación, pero no el resto de la composición del gabinete, que es competencia exclusiva de Pedro Sánchez.
El PSOE no considera justificado que haya ningún resquemor. Pero los primeros recelos han aparecido ya entre ambas formaciones. Unidas Podemos informó días atrás de quiénes serían sus ministros, cuando el silencio era absoluto entre las filas socialistas. Este jueves, Sánchez devolvió el golpe con esa inesperada vicepresidencia para Ribera que diluye el peso de Iglesias a la vez que marca las prioridades del Ejecutivo.
Al margen del alcance que puedan tener esos primeros gestos, lo importante para Moncloa es transmitir la relevancia de las políticas que se quieren llevar a cabo en este Gobierno de coalición. El rigor presupuestario y económico, representado por Nadia Calviño y la ministra María Jesús Montero, junto a las políticas sociales que dependerán del vicepresidente segundo, son las claves de bóveda del Gobierno, junto con la agenda verde.
La lista al completo de los miembros del Consejo de Ministros se conocerá entre el viernes y el sábado. Pero el goteo de novedades es incesante: el ministro de Cultura, José Guirao, no continúa, según fuentes socialistas; la titular de Sanidad, María Luisa Carcedo, tampoco seguirá. Siguen en sus respectivas áreas Isabel Celaá (Educación, aunque pierde la portavocía) y Pedro Duque (Ciencia, sin Universidades), según las mismas fuentes.
Los ministros de Unidas Podemos ya eran conocidos. De Pablo Iglesias dependerán dos áreas: Derechos Sociales y Agenda 2030, que reúne los objetivos de Naciones Unidas para el desarrollo sostenible, con especial incidencia en la lucha contra la pobreza y la emergencia climática. Aun así, las competencias están muy delimitadas y no tiene por qué haber roces entre ministros, según fuentes socialistas, a pesar de que eso no es nada extraño en cualquier Gobierno; más aún si es de coalición. No se oculta en el PSOE que Unidas Podemos hubiera querido el área de transición ecológica, pero en ningún momento Sánchez pensó en desprenderse de ella. Teresa Ribera era insustituible para el presidente: una de las máximas expertas internacionales en cambio climático, que ahora añade a su cartera los problemas y los retos de la España vaciada. “Por fin la despoblación es un asunto de Estado”, dijo Tomás Guitarte, diputado de Teruel Existe.
Consejo el martes
Sánchez comunicará al Rey los nombramientos el domingo, y tiene previsto comparecer después —tras muchos días de silencio— para presentar a sus ministros y las líneas maestras de la futura acción de Gobierno. El martes se celebrará el primer Consejo de Ministros, que aprobará las primeras medidas. Pablo Iglesias, será quien ocupe el cargo de mayor rango entre las filas de Podemos, como vicepresidente segundo; Irene Montero, su pareja, y actual portavoz parlamentaria será la ministra de Igualdad; Yolanda Díaz, diputada de Galicia-En Común, procedente de Esquerda Galega, será ministra de Trabajo. Alberto Garzón, líder de IU, asumirá la cartera de Consumo, y el sociólogo Manuel Castells estará al frente de Universidades.
El gabinete quedará cerrado el fin de semana, a pesar de que desde Moncloa se transmitió tras la investidura que el presidente se tomaría unos días más. El PSOE y Sánchez optaron por acelerar la investidura ante el temor a contratiempos que pusieran en riesgo la abstención imprescindible de ERC. La decisión de este jueves del Tribunal Supremo de no dejar en libertad a Oriol Junqueras para que tome posesión de su acta de eurodiputado hubiera podido complica las cosas. Las incógnitas, a estas alturas, siguen siendo relevantes, pero de menor nivel: el nombre del ministro de Exteriores o la posibilidad de unificar Interior y Justicia.
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