La Ruta de la Seda: viaje a Xinjiang- La estación Jiaohe

  09 Enero 2020    Leído: 1326
 La Ruta de la Seda:  viaje a Xinjiang- La estación Jiaohe

¿Sabías que también existían servicios de mensajería en la antigüedad? En aquel entonces, los mensajeros entregaban cartas y paquetes de inteligencia nacional montando caballos reales. Este ritual se completaba en una estación donde los mensajeros cambiaban de caballo. La estación Jiaohe en Turpan, región autónoma uygur de Xinjiang, era en ese momento la más famosa en el oeste de China.

La estación Jiaohe tiene una historia de más de 3.000 años. Funcionarios y mensajeros en la antigüedad se alojaban aquí, descansaban y cambiaban de caballo. 

La Ruta de la Seda atraviesa el interminable desierto, y estaciones como Jiaohe mantienen la línea de vida de esta ruta. Turpan se encuentra en una cuenca montañosa en la parte oriental de las montañas de Tianshan, y es el punto clave que conecta China y Asia Central. Este es el lugar más bajo, seco y caluroso del país, con temperaturas máximas que alcanzan los 49 grados. Estas duras condiciones naturales pueden no ser adecuadas para la supervivencia humana, pero Turpan ha sido considerada una de las ciudades más importantes y desarrolladas de Xinjiang durante miles de años. 

Esto, debido a los mágicos pozos karez, un sistema de riego único creado hace más de 2.000 años en el que se cavan pozos de agua y pasajes subterráneos con 20 a 30 metros de distancia entre sí. De este modo, el agua de las montañas fluye a la ciudad. 

Así, no solo Turpan, sino otras ciudades a lo largo de la Ruta de la Seda también recibieron el agua necesaria para la vida. Por esto, los chinos se enorgullecen por igual de los pozos karez y de la Gran Muralla. 

Al sumergirse en el subterráneo de 50 metros de profundidad en un ascensor especial, cualquiera puede ver la estructura un pozo karez. El pozo más profundo puede alcanzar los 98 metros de profundidad. 

En total, Xinjiang tiene más de 1.700 pozos, el 70 % de los cuales está en Turpan. Estas obras se extienden como vasos sanguíneos por todo el cuerpo. La sabiduría de los antepasados ayudó a crear un oasis artificial en el desierto. Hasta hoy, en algunas aldeas de Turpan, este sistema de riego sigue siendo una fuente importante de agua, es decir, una fuente de vida.

cgtn


Etiquetas: China   Seda  


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