El siglo XI reordenó las piezas del tablero que configuró España

  08 Enero 2020    Leído: 1469
El siglo XI reordenó las piezas del tablero que configuró España

Las picas de los soldados de los Tercios y los fusiles de aquellos que se dejaron la juventud en la Guerra Civil han brillado con luz propia durante décadas y se han ganado (de forma merecida) su hueco en el mundo editorial.

 Sin embargo, su portentosa figura ha dejado a la sombra tiempos tan determinantes para el devenir de nuestro país como el siglo XI. Por suerte, esta es la época sobre la que Óscar Eimil ha centrado sus miradas. Tras publicar «Reinos de sangre» en 2017, el escritor gallego ha regresado a las librerías con «Reinos de ambición» (Almuzara, 2019). Una secuela que puede leerse sin necesidad de haber ojeado a su hermana mayor y que se zambulle en los claroscuros de los reinos cristianos: en sus guerras civiles, en los asesinatos de reyes y en su relación con los musulmanes. Todos ellos, elementos esenciales para comprender la España en la que hoy vivimos.

1-¿Qué trascendencia tiene, para usted, el siglo XI en la conformación de la futura España?

Desde una perspectiva geopolítica, el siglo XI representa la reordenación definitiva de las piezas del tablero que llevaría, siglos más tarde, a la configuración de España tal y como hoy la conocemos. Fue el siglo en el que se produjo el nacimiento de los reinos de Castilla y Aragón, el de la definitiva incorporación de los territorios vascongados a la corona de Castilla, el del nacimiento de Portugal, el de la concentración de todo el poder de los que hoy llamaríamos condados catalanes en el condado de Barcelona, y el del inicio de la Reconquista. Fue también el de la apertura de España a Europa con la eclosión de la Ruta Jacobea y el de la definitiva subordinación de la cuasi independiente Iglesia Hispana a los dictados de la Iglesia Romana, lo que se opera a través de Cluny y de la Reforma Gregoriana.


2-Hace referencia a un primer pacto (el de Unión, del siglo XII), que califica como el primer intento de cohesionar el territorio...

Fue efectivamente el primer intento históricamente serio, pero fallido, de unificar en una sola cabeza todas las coronas de la España cristiana. En 1108, poco antes de su muerte, Alfonso VI, rey de Galicia, León y Castilla, decidió casar a su hija y heredera Urraca (primera reina coronada en la Historia de Europa) con Alfonso el Batallador, rey de Aragón, el que, más tarde, reconquistaría Zaragoza. Matrimonio que por diversas circunstancias fue un estrepitoso fracaso que terminó, no solo con su anulación, sino con una guerra civil entre sus dos reinos.

3-Por el siglo en el que está ambientado, su libro navega en una época algo mitificada a nivel histórico. ¿Es partidario de que los reinos cristianos acabaron con una civilización mucho más avanzada, como era la musulmana?

Ocurrió lo que es una constante en la Historia de la Humanidad. El progreso y el bienestar material debilita el carácter de las naciones y las convierte en oscuro objeto del deseo de sus vecinos menos desarrollados. Fue efectivamente en esta época cuando, trescientos cincuenta años después de la conquista musulmana, los cultos, refinados y ricos reinos del sur de España fueron subyugados, que no conquistados, por la fuerza de los recios, pobres y aguerridos reinos del norte. Aunque la situación cambiaría radicalmente tras la invasión almorávide, otro pueblo hambriento.

4-Su obra comienza con la muerte de Sancha y las diferencias entre sus hijos (reyes ya de Galicia, León y Castilla). ¿Vivió la Península, por entonces, una verdadera guerra civil entre ellos?

En el siglo XI tienen lugar en los reinos cristianos dos cruentas guerras civiles, las dos consecuencia de particiones hereditarias. Sancho III, el Mayor, de Pamplona y Nájera (como se relata en «Reinos de Sangre», primera novela de la saga), que llegó a controlar casi todo el norte cristiano, dividió sus reinos entre sus cuatro hijos, lo que dio lugar a luchas continuas que terminarion, tras las batallas de Tamarón y Atapuerca, con la concentración de todo el poder en manos de uno: Fernando I, el Magno. Este, a su muerte, (como se explica en «Reinos de Ambición») volvió a dividir los reinos entre sus tres hijos: García, Alfonso y Sancho. Eso llevó a una nueva contienda que dejó, además de mucha muerte y destrucción, a un gran vencedor: Alfonso VI, el Bravo, rey de Galicia, León y Castilla.


5-¿Cree que fueron irresponsables estas divisiones?

La división fue el fruto de una época en la que el ejercicio del poder poco tenía que ver con lo que hoy conocemos. Tras las dos divisiones a que hacía referencia aún habría una más: la de la herencia de Alfonso VII. Pero sería la última. Con Fernando III, el Santo, en 1217, la unión de Galicia, León y Castilla sería definitiva. Las particiones provocaron, a mi juicio, que se retrasase durante siglos esa indiscutible tendencia histórica natural de los reinos hispanos a la unidad.

6-Diera la impresión de que, hasta la llegada de los almorávides, en la Península cristianos y musulmanes mantenía una relación que se alejaba de la idea de buenos y malos.

En un periodo tan largo hubo tiempo para todo: para buenas relaciones, malas y regulares. Pero, como bien apunta, conviene no olvidar que Yusuf Tasufin, el emir de los almorávides, tras vencer en Sagrajas (Badajoz) a Alfonso VI, regresó al norte de África llevando consigo una buena hilera de carretas que transportaban las cabezas de todos los cristianos que aquel día perecieron en el campo de batalla.

7-Aunque es imposible señalar a un protagonista concreto, bien podría ser Alfonso VI. ¿Le calificaría como un mago de la diplomacia que logró, al final, hacerse con el título de «Imperator totius Hispaniae»?

Alfonso, con sus claroscuros, fue un buen rey que supo aprovechar sus oportunidades. El primer rey cristiano que reconquistó una gran ciudad del sur mahometano: Toledo. Para hacernos una idea de la magnitud de la empresa, conviene recordar que León tenía una población de unos tres mil habitantes mientras que en Toledo habitaban unos treinta mil: bereberes, muladíes, mozárabes y hebreos.

«Alfonso, con sus claroscuros, fue un buen rey que supo aprovechar sus oportunidades»
8-¿Qué implicaba este título en la época?

El titulo surgió ante una curiosa pretensión de Gregorio VII, el papa reformador. Este intimó al rey a plegarse a sus deseos en lo referente a la liturgia y a las investiduras con un antiguo documento (falso, por cierto) que atribuía el dominio de España a la Cátedra de San Pedro. Ante esta pretensión, el rey, preventivamente, se intituló emperador. También quería Alfonso con esa denominación entroncar su reino con la vieja monarquía hispano-visigoda que tuvo su capital en Toledo. Fíjese en este sentido que cuando Berenguer, el conde de Barcelona, fue acusado de fratricida por su cuñada, se sometió a un juicio de Dios ante Alfonso, con lo que estaba reconociendo una relación de subordinación.

9-Sin desvelar ninguno de los hechos centrales de su obra... Está claro que el asesinato de Sancho Garcés IV impulsó el buen desenlace de Alfonso VI. ¿Quién ere este monarca?

Sancho Garcés, el de Peñalén, fue el séptimo rey de Pamplona, como entonces se denominaba al reino de Navarra. Su asesinato en 1076, nunca totalmente aclarado, produjo dos consecuencias de gran importancia para el futuro devenir de España. Por un lado, la definitiva incorporación de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa a la corona de Castilla, y, por otro, la desaparición de su reino, que se repartieron entre Castilla y Aragón. Cuando, muchos años más tarde, reapareció Navarra, lo haría completamente rodeada por sus vecinos, con lo que su camino hacia el sur quedaría definitivamente cerrado. Por eso no participó en la Reconquista. Supongo que entre tantos fueros y derechos históricos, se nos ha olvidado lo esencial: las Vascongadas forman parte de la corona de Castilla desde hace 1.000 años.


10-¿Cómo ha sido documentarse para armar un relato de un siglo tan convulso como olvidado?

No son muchas las fuentes que existen sobre ese periodo. Ni tampoco muchos los trabajos publicados. Alguno de los más importantes además están en inglés y no han sido traducidos. He manejado todos los que he podido. Se reseñan al final de la novela.

11-¿Es la novela histórica más exigente que un ensayo histórico?

Depende del rigor del que la escribe. Si se trata de una novela histórica bien documentada en la que la trama novelesca respeta los acontecimientos y los tiempos de la Historia, le diría que sí.

12-¿Por qué cree que esta época que aborda permanece apartada del gran público?

En general, creo que ha habido desde los años de la Transición una actitud en los poderes públicos, no sé si premeditada, dirigida a devaluar el estudio de la Historia de España, lo que, a mi juicio, constituye un error de colosales proporciones, cuyas consecuencias, en parte, comenzamos a pagar hoy. El conocimiento de nuestra Historia, de lo positivo y de lo negativo, galvaniza a nuestro pueblo y fortaleza a la nación.

abc.es


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