El comandante de las Fuerzas Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), el teniente general Qasem Soleimani, fue asesinado el viernes en un ataque con cohetes de EE.UU., lanzado bajo órdenes de Trump, contra el aeropuerto internacional de Bagdad, capital de Irak.
“El comunicado de la Administración (estadounidense) afirma que el objetivo del asesinato es disuadir futuros ataques de Irán, pero esta acción seguramente tendrá el efecto contrario”, ha aseverado el aspirante a la candidatura demócrata para las elecciones de 2020 Joseph Biden.
Mediante una nota, el también exvicepresidente de EE.UU. ha advertido que el asesinato del militar iraní de alto rango no tendrá ningún resultado, más que aumentar las tensiones, un hecho que por supuesto pone en peligro los intereses del país norteamericano.
“El presidente Trump solo arrojó un cartucho de dinamita en un polvorín, por lo que debe al pueblo estadounidense una explicación sobre la estrategia y el plan con los que busca proteger a nuestras tropas, nuestro personal de embajada, nuestra gente e intereses”, ha denunciado.
El canciller de Irán, Mohamad Yavad Zarif, advierte a EE.UU. de “una peligrosa escalada de tensiones” por su acto terrorista contra el general Qasem Soleimani.
El asesinato del destacado mando castrense iraní ha desatado una ola de condenas de todas las partes, dentro y fuera de Estados Unidos. El senador estadounidense Chris Murphy ha cargado duramente contra la peligrosa decisión de Trump de asesinar sin ninguna autorización del Congreso a la segunda persona más poderosa de Irán.
Murphy ha calificado el asesinato de Soleimani como el peor error del mandatario de EE.UU. que podría desencadenar “una masiva guerra regional” y que pone en peligro la vida de los estadounidenses.
El Gobierno iraní ha denunciado en duros términos el asesinato de su héroe en la lucha antiterrorista. El Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, así como altos mandos del CGRI, han alertado a su vez a los “criminales” de EE.UU. que les espera una “dura venganza” por parte de la República Islámica.
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