En 2014, el arte de “kelagayi” (el pañuelo de seda azerbaiyano) prenda tradicional de las mujeres azerbaiyanas, más allá de un accesorio de moda, una de las señas de identidad nacional, se reconoció por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Su inclusión en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, fue el impulso definitivo que devolvió el pañuelo de seda a la vida cotidiana de la sociedad azerbaiyana.
Por iniciativa de la Corporación Industrial de Azerbaiyán, esta antigua perla de arte, que es un símbolo de belleza y elegancia, forma parte de la vestimenta de nuestro pueblo y fue presentada al público con la asistencia de las personas de renombre.
Damas famosas, que desempeñaron un papel activo en la vida sociopolítica, cultural del país, reunieron y presentaron “kelagayi” producido por la filial de la corporación “Azeripak”. El “kelagayi” producido en Azerbaiyán será conocido en todo el mundo como un símbolo de nobleza y feminidad, reflejando toda la belleza de esta antigua forma de arte, que es parte integral de nuestra cultura nacional.
Cabe señalar que 'kelagayi' es una obra artesanal única. En primer lugar, la distinguen los materiales de su confección, las distintas variedades de seda fina.
Kelagayi produce un placer estético al incluir en su diseño elementos ornamentales azerbaiyanos como la "buta" (lágrima curvada), pájaros o flores.
El 'kelagayi', a diferencia de otros tocados, les sienta bien a todas las mujeres, por eso es muy solicitado por las turistas.
Además, los pañuelos de seda azerbaiyanos tienen también un valor práctico porque sirven como para proteger tanto del frío como del calor como para abrigar la cabeza, dependiendo de la temporada.
Como la seda se caracteriza por ser un material duradero, las dueñas del accesorio, que combina tradición con la moda, podrán presumir de él durante mucho tiempo.
En las bodas tradicionales, la novia se cubre con un "kelagayi" rojo, pero entre las jóvenes azerbaiyanas también son muy populares los de tonos azul, púrpura o verde.
En el montañoso pueblo de Basgal, a 150 kilómetros al noroeste de Bakú, se sitúa uno de los centros de fabricación de los "kelagayi".
