En una entrevista con un medio venezolano, el expresidente de Brasil (2003-2010) declaró el jueves que la nación sudamericana tiene “todas las condiciones para recuperar un debate democrático (...) y combatir el neoliberalismo que está destruyendo todo el patrimonio público”.

Asimismo se refirió a la importancia de la democracia, subrayó que es necesario que la gente entienda que la democracia “no es un pacto de silencio”, sino la democracia es una sociedad en movimiento.

“Los días que estuve detenido en la Policía Federal (de Curitiba) me fortalecieron políticamente y hoy tengo una mayor voluntad de luchar hasta restablecer la democracia en Brasil”, dijo.

En otro momento de sus declaraciones, el exmandatario enfatizó que ahora la situación del país sudamericano es “delicada” y la nación brasileña está sufriendo y perdiendo sus derechos.

El encarcelado candidato a la Presidencia de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva advirtió de que el Gobierno de Michel Temer está desarrollando una agenda contra los logros sociales del país y pidió a la nación luchar y resistir el embate neoliberal del presidente de facto.

Lula lamentó que en Brasil, que anteriormente era un país donde había tolerancia y amor en el pueblo, ahora se haya instaurado el odio en algunos sectores.

Consideró que es una “vergüenza” el papel que desempeña la Organización de Estados Americanos (OEA), y criticó que actualmente varios Gobiernos latinoamericanos se someten a la voluntad de Estados Unidos.

Lula denunció los actos del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que no solo ha atacado a los sectores que demuestran estar en desacuerdo con sus políticas, sino que también se ha convertido en patrocinador de aquellos gobiernos injerencistas que buscan desestabilizar el continente.
El pasado 8 de noviembre, Lula fue liberado gracias a una decisión de la Corte Suprema que explicó que no existen fundamentos para la ejecución de la sentencia.

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La liberación de Lula da Silva no significa el final de su juicio, pues tiene varios procesos abiertos ante la Justicia de su país, por este motivo él esperará el juicio sobre las apelaciones que aún están pendientes en el Tribunal Superior de Justicia.

El exmandatario, considerado el mejor presidente en la historia reciente de Brasil, fue condenado por “corrupción y lavado de dinero” en primera instancia en julio de 2017.

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