El martes, Arabia Saudí y sus aliados lanzaron un ataque de artillería y misiles contra el mercado Al-Raqu, situado en la ciudad de Manba, en la provincia fronteriza de Saada (norte de Yemen). El bombardeo causó la muerte de 17 civiles, incluidos 12 etíopes.

El portavoz del Ejército de Yemen, el teniente general Yahya Sari, denunció el miércoles que, debido a la pasividad de la comunidad internacional, el régimen de los Al Saud continúa con sus crímenes, derramando deliberadamente la sangre de los yemeníes.

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No obstante, advirtió de que” los continuos crímenes cometidos por Riad contra el pueblo yemení no pasarán desapercibidos y Yemen dará un castigo doloroso al enemigo saudí”.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenó el ataque saudí y pidió que los responsables de este crimen rindan cuentas.

“Los ataques en el mercado de Al-Raqu han suscitado preocupantes dudas sobre el compromiso de las partes en conflicto con el Derecho Internacional Humanitario. Cada una de estas acciones supone una grave violación”, afirmó la jefa de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) en Yemen, Lise Grande.

Desde hace casi un mes, el mercado Al-Raqu ha sufrido tres ataques de artillería y misiles efectuados por Arabia Saudí y sus aliados, lo que ha dejado un saldo de 89 muertos.

La brutal agresión militar que lleva a cabo desde 2015 Arabia Saudí contra Yemen ha convertido la situación humanitaria del país más pobre del mundo árabe en la peor crisis humanitaria del mundo. En estos momentos, el 80 por ciento de la población yemení necesita ayuda humanitaria, de modo que diez millones de personas están al borde de la hambruna y otros siete millones sufren desnutrición.
Un informe de las Naciones Unidas estima que, si la guerra no cesa, la cifra de víctimas mortales podría llegar a 500 000 para finales del año 2020.

HispanTV

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