Un informe de la ONG Fundación Amigos por la Naturaleza (FAN) señaló que entre enero y noviembre del 2019 se quemaron 6,5 millones de hectáreas de bosque en Bolivia.
Dicha cifra superó casi por el doble la media anual de incendios en el país suramericano.
De julio a noviembre ocurrió la mayor afectación por cuenta de las quemas. Santa Cruz y Beni fueron los departamentos más afectados, ambos concentraron el 94% del desastre natural.
10 municipios se llevaron la peor parte, la mayoría ubicados en la Chiquitanía. La lista está encabezada por San Matías, con 1,02 millones de hectáreas (ha) afectadas; seguido de San Ignacio de Velasco (667.848 ha), Charagua (578.464 ha), Concepción (463.300 ha), Puerto Suárez (316.803 ha), San Rafael (222.621 ha), San José de Chiquitos (209.862 ha), Carmen Rivero Tórrez (157.611 ha) y Roboré (157.382 ha).
El pasado 16 de diciembre, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua de Bolivia inició un taller para estructurar el plan integral de recuperación de la Chiquitanía.
La ministra de Medio Ambiente de Bolivia, María Elva Pinckert, explicó que para atender a la Chiquitanía se contará con la participación de expertos, autoridades y ambientalistas. El plan de recuperación abarca temas relacionados con la salud, vivienda, desarrollo productivo y educación.
En octubre, los focos de calor fueron sofocados por más de 4.500 bomberos con el apoyo de la logística estatal que desembolsó al menos USD 23 millones.
En Bolivia se combatió el incendio en la Chiquitanía por medio del Boeing 747 Supertanker, el Ilyushin y el helicóptero Chinook; además de 17 helicópteros de menor capacidad de transporte, entre ellos, dos cedidos por el Gobierno de Perú.
Los incendios en esta zona del país consumieron unos 40 millones de árboles y afectaron la supervivencia de al menos 1.200 especies animales, entre las que se encuentran 788 de aves, 242 de mamíferos, 140 de reptiles y 43 de anfibios.
anadolu