Demócratas y republicanos se cruzaron este lunes críticas y reproches sobre el proceso parlamentario abierto contra Donald Trump a raíz de un escándalo de presiones a Ucrania y que ha quedado en suspenso por la falta de consenso sobre cómo llevar a cabo el juicio en el Senado. El pasado miércoles la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, acusó formalmente a Trump de abuso de poder y obstrucción al Congreso, pero la presidenta, Nancy Pelosi, aún no ha trasladado los cargos a la Cámara alta, controlada por los republicanos.
“La Cámara de Representantes no puede escoger a los jefes del impeachment hasta que sepamos qué tipo de juicio va a llevar a cabo el Senado”, escribió la veterana demócrata en su cuenta de Twitter. “El presidente Trump ha bloqueado sus propios testigos y documentos ante la Cámara y ante el pueblo estadounidense arguyendo quejas hipócritas sobre el proceso, ¿cuál es su excusa ahora?”, añadió, en referencia a la negativa del mandatario a colaborar en la investigación parlamentaria llevada a cabo durante más de dos meses.
El republicano replicó en la misma red social apenas unos minutos después, acusando a la presidenta de la Cámara baja de haberle sometido “al juicio más injusto de la historia del Congreso de Estados Unidos”. “Y ahora llora por la justicia en el Senado, y rompiendo las reglas al hacerlo. ¡Perdió el Congreso una vez y lo hará de nuevo!”, publicó.
En el momento en el que el impeachment sale de la Cámara de Representantes y pasa al Senado, el control de este proceso abandona la mayoría demócrata y queda en manos de unos republicanos que han dejado claro su férreo cierre de filas en torno al presidente. La absolución parece descontada y la batalla se centra ahora en las garantías y la fiabilidad del procedimiento. Una de las grandes cuestiones estriba en si habrá o no declaración de testigos y cuáles. El líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, señaló este lunes en la cadena Fox que la declaración no está “descartada” y aseguró que manejaría este asunto “como se hizo con Bill Clinton”, el más reciente de los dos únicos presidentes sometidos a juicio en el Capitolio.
En el caso de Clinton, juzado en el Senado en 1999, se pactaron dos semanas de presentaciones y un número reducido de declaraciones. El líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, envió este lunes una carta a los miembros de la Cámara explicando que ese modelo no se puede aplicar en el caso de Trump, ya que el escándalo Lewinsky, que llevó a la acusación de Clinton por perjurio y obstrucción a la justicia, había sido investigado previamente por un fiscal independiente, con numerosas declaraciones de testigos bajo juramento. Ahora, los demócratas se han quedado con las ganas de preguntar a personajes relevantes para el caso, como el jefe de gabinete, Mick Mulvaney, y el exconsejero de Seguridad Nacional, John Bolton.
Trump está acusado de abuso de poder por haber presionado a Ucrania para lograr que se anunciasen unas investigaciones sobre su rival político Joe Biden y el hijo de este, Hunter, que estuvo a sueldo de una gasista del país mientras su padre era vicepresidente. El cargo establece que el presidente congeló ayudas militares de 391 millones de dólares con el fin de doblegar al presidente Volodímir Zelensky, además de usar una invitación a la Casa Blanca como moneda de cambio.
Este fin de semana, unos correos electrónicos publicados por el Centro para la Integridad Pública, una organización sin fines de lucro que los reclamó judicialmente, revelaron que la orden para congelación de la ayuda había tenido lugar 90 minutos antes de la famosa llamada entre Trump y Zelensky el pasado 25 de julio, cuando el estadounidense hace explícita su petición sobre las pesquisas.
"Sobre la base de las directrices que he recibido y a la luz del plan de la administración para revisar la asistencia a Ucrania... Por favor, frene cualquier obligación adicional del Departamento de Defensa de estos fondos", escribió el funcionario de la Oficina de Administración y Presupuesto Michael Duffy en un mensaje dirigido al Pentágono.
El presidente también debe responder de un delito de obstrucción al Congreso por torpedear la investigación, negándose a la entrega de una setentena de documentos y a la declaración de 12 miembros de la Administración.
Los legisladores se fueron el pasado viernes de vacaciones navideñas sin ningún acuerdo y dejando el impeachment en el aire. Antes de la votación de la semana pasada, los demócratas habían propuesto que comenzase el 7 de enero. El senador republicano Lindsey Graham se mostró seguro de que Pelosi “acabará enviando los artículos al Senado en algún momento porque la opinión pública machacará a los demócratas” si mantiene el caso congelado.
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