El general Ahmed Gaid Salah, hombre fuerte del régimen en Argelia tras la marcha de Abdelaziz Buteflika en abril, ha muerto a los 79 años, según ha informado la agencia argelina APS, de un "paro cardiaco". Pilar del Estado desde 1962, Salah, jefe del Estado Mayor argelino, ha sido la cara del poder en el país magrebí, objetivo de las protestas antigubernamentales en las calles. El pasado 12 de diciembre, otro hombre con vínculos en el régimen, Abdelmadjid Tebboune, considerado candidato afín a Gaid Salah, venció en las primeras elecciones post Buteflika, en medio del boicot de manifestaciones en todo el país.
El flamante presidente Tebboune ha informado precisamente de que el responsable del Ejército de Tierra, el general Said Chengriha, asumirá la jefatura de las Fuerzas Armadas a partir de ahora. Tebboune anunció además un periodo de duelo de siete días en todo el país.
La realidad que acarrea la muerte del hombre fuerte del país es muy compleja. Gaid Salah era el hombre que ostentaba el verdadero poder durante 15 de los 20 años en que se prolongó el mandato del expresidente Buteflika. Cuando millones de ciudadanos salieron a las calles el 22 de febrero para forzar la dimisión de Buteflika (1999-2019), Gaid Salah apoyó en un principio la permanencia en el poder de un hombre que no pronunciaba un discurso en público desde 2013 y que parecía vivir en estado vegetativo.
A partir de ese momento el desencuentro entre Gaid Salah y los manifestantes cada vez fue mayor. Mientras los activistas del llamado Hirak pedían un proceso de transición para terminar con el viejo régimen que ha gobernado el país desde su independencia en 1962, en general solo impulsó unas elecciones presidenciales bajo los auspicios de las mismas autoridades que estaban acusadas por los activistas de manipular las cuatro elecciones presidenciales a las que se presentó Buteflika.
ElPais
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