El 21 de febrero del 2018, el periodista eslovaco Jan Kuciak y su novia Martina Kusnirová, de igual nacionalidad, ambos de 27 años, fueron asesinados a tiros en su casa cerca de la capital, Bratislava. El crimen presentaba características de una ejecución mafiosa –él recibió un disparo en el pecho, ella en la cabeza–, y pronto fue atribuido a la investigación periodística sobre corrupción que estaba haciendo Kuciak, en la que vinculaba con el crimen organizado a personas próximas al entonces primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico.
Buena parte de los eslovacos, indignados por una ineficacia policial ampliamente interpretada como connivencia, se echó a la calle en las manifestaciones más masivas desde la revolución de terciopelo de 1989 que hizo caer la dictadura comunista. Las marchas culminaron con la dimisión de Fico en marzo de ese mismo 2018, si bien su partido socialdemócrata, SMER, sigue al frente del Gobierno. El próximo febrero toca celebrar elecciones.
Ahora, casi dos años después de los asesinatos, ha comenzado el camino judicial. Ayer se celebró la audiencia preliminar contra el presunto mandante de las muertes, el millonario hombre de negocios Marian Kocner, y otras tres personas implicadas. Un quinto involucrado pactó con la Fiscalía y tendrá un tratamiento aparte.
Kocner, de 56 años, acudió ayer con chaleco antibalas y casco al tribunal que le juzgará en Pezinok, a 20 kilómetros de Bratislava. A preguntas de la juez Ruzena Sabová rechazó cooperar para reducir la pena. “No estoy interesado en ningún acuerdo”, dijo Kocner, informa Afp. Los otros acusados son los dos hombres que presuntamente dispararon, Tomas Szabó y Miroslav Marcek, y una mujer que habría hecho de intermediaria, Alena Zsuzsová.
Estos días, parte del escrito de acusación de la Fiscalía, de 93 páginas, ha sido filtrado a la prensa eslovaca, que así ha revelado que Marian Kocner, no habiendo hallado “ninguna cosa sucia” con que desacreditar al molesto reportero, “decidió deshacerse físicamente de él y evitar así nuevas revelaciones sobre sus actividades”. El pago por los asesinatos habría sido de 70.000 euros. En un primer momento, se sospechó que podía haber implicación de la ‘Ndrangheta, la mafia calabresa, pero las pesquisas acotaron el caso a perpetradores eslovacos.
Los padres de las víctimas asistieron ayer a la audiencia. “Sólo nos daremos por satisfechos cuando estén resueltos los casos sobre los que escribía Jan, entonces sus muertes al menos podrán tener algún sentido; no es suficiente con condenar a los asesinos”, declaró a los periodistas Zlatica Kusnirová, madre de Martina, informa Reuters.
Jan Kuciak trabajaba para el medio digital Aktuality investigando sobre corrupción, en concreto sobre actividades de Kocner, quien le amenazó por teléfono. Kuciak lo denunció a la policía, pero nadie tomó medidas para protegerle. Esas amenazas quedaron grabadas y Aktuality las ha hecho públicas.
El pasado agosto trascendió que los investigadores habían hallado en el móvil de Kocner mensajes intercambiados con “representantes de órganos del Estado y del sistema judicial”. En uno de ellos, publicado por el diario Denník N , Kocner exigía a la entonces viceministra de Justicia, Monika Jankovská, que presionara al juez que seguía otro caso suyo, y así “hacer lo que se supone que ella debe hacer, o terminará como Kuciak”. Kocner está siendo enjuiciado en otro proceso por transacciones financieras sospechosas y fraude fiscal. Jankovská dimitió en septiembre, pero dijo que los mensajes eran un fraude.
El asesinato de Kuciak, y el de la periodista maltesa Daphne Caruana Galizia, que investigaba corruptelas en Malta y que murió al explotar una bomba en su coche el 16 de octubre del 2017, cuestionaron las supuestas certezas de Europa sobre libertad de prensa y seguridad de los periodistas en su territorio.
Todos los acusados rechazaron pactar igual que Kocner, quien, de ser hallado culpable, podría ser condenado a entre 25 años de cárcel y cadena perpetua. El tribunal fijó para el 13 de enero la primera de las nueve sesiones que se espera tenga el proceso hasta que en febrero quede visto para sentencia.
lavangaurdia
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