Donald Trump no se ha callado ante la aprobación del impeachment por el escándalo de Ucrania. El presidente estadounidense volvió a cargar contra los demócratas por iniciar un juicio político por los cargos de abuso de poder y obstrucción a la investigación en la Cámara de Representantes. “Es un engaño. No me siento sometido a un impeachment", ha dicho en la Casa Blanca, donde recibió al congresista de Nueva Jersey Jeff Van Drew, quien se ha pasado del bando demócrata al republicano.
Trump continuó con su ofensiva contra los demócratas en Twitter. La titular de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, fue el blanco de sus ataques furibundos. "¡Pelosi siente que su falso impeachment, UN ENGAÑO, es tan patético, que teme presentarlo al Senado", escribió el mandatario. En la víspera, el magnate había dicho que su partido se sentía indignado por este proceso inconstitucional en su contra. "Los republicanos nunca había estado tan ofendido, pero tampoco nunca habían estado tan unidos como ahora", afirmó en Michigan.
El titular del Senado, el republicano Mitch McConnell, ha ido, precisamente, en la línea defensiva de Trump frente al ataque demócrata para sacarlo de la Casa Blanca por presionar al mandatario de Ucrania, Volodímir Zelenski, a que investigue los negocios del hijo del ex vicepresidente Joe Biden, quien resulta la principal amenaza para el magnate en su intención de reelegirse en las elecciones del 2020.
“Esta Cámara de Representantes en particular ha dejado que su ira partidaria contra este presidente en particular cree un nuevo precedente tóxico”, dijo McConnell. El líder del Senado acusó a la Cámara de Representantes de sucumbir a “pasiones transitorias y facciones” para someter a Trump al impeachment. “La votación no refleja lo que se ha probado. Solo refleja cómo se sienten respecto del presidente. El Senado debe corregir esto”, agregó.
Como sea, la declaración del líder del Senado vaticina que Trump no será destituido del cargo. Los votos se inclinan a su favor: se necesita 67 votos de 100 senadores para cumplir dicho objetivo. El bloque republicano ocupa 53 escaños fieles al mandatario. Así, el actual inquilino de la Casa Blanca se salvará como le pasó a los expresidentes Andrew Johnson, en 1868, y Bill Clinton, en 1999, a raíz del caso Lewinsky.
Sin embargo, los demócratas, quienes saben que no tienen los votos necesarios en la Cámara Alta, intentan demoler la figura de Trump de cara a la elección del 2020. Por eso están intentando que se presenten nuevos testigos para el caso, como el jefe de Gabinete, Mick Mulvaney, y el exconsejero de Seguridad Nacional, John Bolton.
Mientras la política norteamericana gira en torno al impeachment de Trump, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, defendió al inquilino de la Casa Blanca por la delicada situación política que afronta en Washington. “Perdieron las últimas elecciones y ahora quieren ganar por otros medios. Primero acusaron a Trump de conspirar con Rusia. Luego resultó que no había colusión y que no podían tomarla como base de un juicio político. Y ahora están con esta presión inventada sobre Ucrania”, cargó el jefe del Kremlin contra los congresistas demócratas.
Putin ya había dado un espaldarazo a Trump en la cumbre de Helsinki el año pasado. El mandatario ruso dijo que deseaba una nueva victoria del republicano en los comicios presidenciales del 2020. Las relaciones entre Washington y Moscú son tensas debido a las acusaciones de injerencia, las sanciones y la retirada de un tratado nuclear clave desde la Guerra Fría. Aunque, el apoyo de Putin desafía toda lógica de que sigue muy cerca lo que ocurre con Trump y su desenlace final.
mundiario
Etiquetas: Trump impeachment demócratas