La medida, aprobada por la Cámara de Representantes la semana pasada, enviada el martes para que la firme el mandatario Donald Trump, busca detener las futuras construcciones de ese gasoducto valorado en unos 10 600 millones de dólares.
La infraestructura, construida bajo el mar Báltico, se espera que duplique los envíos de gas natural ruso a Alemania.
A su vez, Washington alega que el gasoducto fortalecerá la influencia de Moscú en Europa.
La Casa Blanca tendría 60 días para identificar a las empresas y personas que prestan servicios a Nord Stream 2. Las sanciones revocarían las visas estadounidenses y bloquearían la propiedad de estas personas. Los afectados por las sanciones tendrían 30 días para cerrar sus operaciones.
El ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Heiko Maas, también rechazó las sanciones planeadas por Estados Unidos contra las compañías que trabajan en el gasoducto.
“Rechazamos la intervención externa y las sanciones con efectos extraterritoriales como cuestión de principios”, afirmó.
Sin embargo, Maas instó a Washington a no entrometerse en la política energética de Europa.
“La política energética europea se decide en Europa, no en Estados Unidos”, dijo el jefe de la Diplomacia de Alemania.
La Cámara de Comercio Germano-Rusa indicó la semana pasada que el oleoducto es esencial para la seguridad energética de Europa y pidió sanciones de represalia.
Estados Unidos mantiene sobre Rusia una política de restricciones, bajo una amplia variedad de pretextos —entre ellos la crisis de Ucrania, interferencia en las elecciones de EE.UU. y el caso Skripal—. Moscú en muchas ocasiones ha respondido a base del principio de reciprocidad.
Ante el régimen de sanciones norteamericanas, el Gobierno del país euroasiático, presidido por Vladimir Putin, ya ha impulsado su estrategia de desarrollo económico, tratando de afianzar sus lazos y cooperaciones con sus aliados como China e Irán.
HispanTV
Etiquetas: