El enviado especial de Estados Unidos para Corea del Norte, Stephen Biegun, negó durante su reciente estancia en Seúl que haya una fecha límite en las negociaciones sobre la desnuclearización y afirmó que el objetivo de Washigton es cumplir con los compromisos logrados en la primera cumbre estadounidense-norcoreana.
Los líderes de EEUU y Corea del Norte, Donald Trump y Kim Jong-un, se dieron cita por primera vez el 12 de junio de 2018 en Singapur.
En aquella reunión histórica, Trump y Kim se comprometieron a trabajar para la desnuclearización de la península de Corea y la normalización de las relaciones bilaterales.
Sin embargo, el proceso de distensión en la península de Corea se atascó en los meses recientes.
La segunda reunión entre los presidentes Donald Trump y Kim Jong-un, celebrada en Hanói el 27 y el 28 de febrero pasado, terminó de forma abrupta y sin un acuerdo, aunque las partes, según la Casa Blanca, quedaron en mantener más reuniones en el futuro.
El tercer encuentro entre ambos líderes, no programado, tuvo lugar el 30 de junio en la línea divisoria entre ambas Coreas, y terminó con el anuncio de que Washington y Pyongyang retomarían consultas en las semanas siguientes.
Sin embargo, el proceso negociador se reanudó solamente a principios de octubre y, según Corea del Norte, fue un fracaso por culpa de EEUU que había llegado a la mesa "con las manos vacías".
A principios de diciembre, el vicecanciller norcoreano Ri Thae-song recordó que el fin del 2019 es la fecha límite que el líder norcoreano, Kim Jong-un, marcó en abril para que EEUU cambie de actitud en las negociaciones con Corea del Norte para preservar el avance logrado, si no quiere llevarse una "sorpresa navideña".
En mayo pasado Pyongyang reanudó las pruebas de armas, tras una pausa de 17 meses, y realizó desde entonces una quincena de ensayos, entre ellos dos recientes que, según las conjeturas, fueron de nuevos motores para misiles balísticos intercontinentales.
Sputnik
Etiquetas: