La ministra libanesa del Interior, Raya al-Hasan, denunció el domingo que “los infiltrados” aprovechan las protestas contra la corrupción para incitar enfrentamientos entre los manifestantes y los agentes de seguridad y crear violentos episodios.
Distintos activistas afirman que “los infiltrados vinculados a ciertos partidos políticos” lanzaron piedras hacia los uniformados y protagonizaron actos vandálicos.
Al-Hasan señaló que las fuerzas de seguridad aún no han podido confirmar qué partido o grupo apoya a “los infiltrados”, y por ello ordenó una investigación “rápida y transparente” para identificar tanto a los responsables de la violencia en las movilizaciones del sábado y domingo como a sus valedores.
También manifestó la disposición de Beirut para conversar con los indignados y solucionar los problemas por la vía del diálogo, y pidió a los manifestantes “pacíficos” que evacúen las plazas y las calles cerca del Parlamento en Beirut, la capital, para neutralizar los complots de quienes buscan, a su juicio, influir en el proceso de elección del nuevo primer ministro del país, que sustituiría a Saad Hariri.
Tras muchos días de protestas, el Gobierno dimitió en bloque el 29 de octubre, pero los distintos partidos, muy divididos, no han logrado desde entonces constituir un nuevo gobierno.
Una campaña difamatoria a base de noticias falsas está en marcha en las redes sociales para instigar a los manifestantes en El Líbano, advierte un informe.
Medios locales consideran que la nueva ola de disturbios, que comenzó el sábado, ha sido “programada”, pues algunos manifestantes portaban cascos o máscaras de gas, atacaban a los agentes policiales y de seguridad y los insultaban verbalmente con la intención de crear una situación caótica “fuera del control”.
Los enfrentamientos del sábado, los más violentos desde el inicio de las protestas en octubre, empezaron en una calle que conduce al Parlamento: los manifestantes intentaban cruzar las barricadas de hierro y la Policía los reprimió lanzando gases lacrimógenos y balas de caucho.
La Defensa Civil de Líbano, a través de su cuenta en Twitter, anunció que habían trasladado al hospital a 36 heridos y curado a 54 personas en la misma manifestación. La Cruz Roja libanesa transportó a 15 heridos a centros médicos y trató a 37 personas en el lugar, según confirmó uno de los responsables a la agencia francesa de noticias AFP. Entre los heridos había manifestantes y fuerzas de seguridad: algunos afectados por el gas lacrimógeno y otros, por el impacto de piedras.
El Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) culpa a EE.UU. de la situación que sufre su país y asegura que Washington pretende desestabilizar el país árabe para quedarse con su petróleo y satisfacer a Israel. El portal local Al-Ahd, a su vez, responsabiliza a Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) de instigar las protestas, ofreciendo dinero en efectivo y comida caliente a los manifestantes.
HispanTV
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