El Atlántico Norte es "de vital importancia para la seguridad de Europa debido a las rutas de suministro militar, rutas comerciales civiles y canales de comunicación", dijo Lungescu tras constatar que Rusia refuerza continuamente sus operaciones bajo el agua.
Solamente en octubre pasado, la OTAN observó una decena de submarinos rusos operando simultáneamente cerca de Noruega, una actividad sin precedentes desde la Guerra Fría.
Entre los riesgos potenciales que se examinan en la Alianza figura un ataque de sumergibles rusos contra los cables submarinos que garantizan las comunicaciones de internet entre Estados Unidos y Europa.
Para responder a las actividades de Rusia, el bloque militar planea incrementar las patrullas en el Atlántico Norte, así como en invertir en modernas tecnologías de combates antisubmarino desde el aire.
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