Moderada participación en las elecciones de Argelia entre manifestaciones y boicot

  13 Diciembre 2019    Leído: 1355
Moderada participación en las elecciones de Argelia entre manifestaciones y boicot

Decenas de miles de personas muestran su rechazo en Argel a las presidenciales, a las que se presentan cinco ex altos cargos del régimen.

Más de 24 millones de argelinos están convocados este jueves a las urnas en las primeras elecciones celebradas tras la dimisión en abril del presidente Abdelaziz Buteflika, en un ambiente marcado por la tensión y la incertidumbre. Según la autoridad electoral, a las cinco de la tarde la cifra de participación era del 33%, si bien el 90% de los centros de votación pudieron abrir sus puertas a pesar del boicot del Hirak, el movimiento de protesta que desde febrero exige una ruptura con el régimen que ha gobernado el país desde 1962. Mientras en algunas regiones se vota con normalidad, en el centro de Argel y en varias provincias, sobre todo en la Cabilia, han tenido lugar concurridas manifestaciones que llamaban al boicot de los comicios.

El Hirak rechaza la votación porque los cinco candidatos en liza ocuparon cargos políticos durante el antiguo régimen y consideran que, gane quien gane, el hombre más poderoso del país continuará siendo Gaid Salah, el jefe del Estado Mayor. Los cinco aspirantes son los ex primeros ministros Abdeljamid Tebboune y Alí Benflis, mano derecha de Buteflika hasta su divorcio en el año 2000; los exministros Ezzedin Mihoubi y Abdelkader Bengrina, un islamista moderado, y Abdelaziz Belaid por el FLN, el antiguo partido único. En los mentideros de Argel, los rumores apuntaban que Mihoubi sería el candidato favorito de los poderes fácticos, si bien no ha recibido un apoyo o trato de favor aparente durante la campaña. Está previsto que las autoridades anuncien los resultados este viernes.

A media mañana, en la escuela Juiem Berkami, situada en el centro de Argel y en la que cursó sus estudios Said Buteflika, el hermano del expresidente, tan solo se hallaban los miembros de las mesas electorales y la directora de la escuela. Ni electores, ni representantes de los candidatos, ni de la autoridad electoral creada hace tres meses (ANIE, por sus siglas en francés). “Hay muy poca participación, menos que otros años”, confesaba la responsable de la escuela, que no veía ninguna diferencia en cuanto a organización con los anteriores comicios, gestionados por el Ministerio del Interior.

En el instituto Pasteur, en una zona de clase media de la capital, sí se podían ver algunos electores, todos ellos de mediana y avanzada edad. “Esta es la primera vez que he votado. He apoyado el Hirak; sin él, no se celebrarían estas elecciones. Pero creo que hay que hacer cambios poco a poco, no una revolución”, sostiene Ahmed, un barbudo profesor de religión vestido con una americana de cuadros y una chilaba que se declara islamista. “Para mí, el futuro candidato debe ser competente y nacionalista, para hacer frente a las potencias extranjeras”, tercia su amigo Mohamed, un ingeniero que se acerca a la cincuentena.

Durante toda la mañana, manifestantes y policías antidisturbios han estado jugando al gato y al ratón en el corazón de la capital, los últimos dispersando las concentraciones, y los primeros reagrupándose en calles adyacentes. Según el diario digital TSA, a primera hora numerosos ciudadanos que participaban en las marchas o exhibían pancartas contrarias a las elecciones fueron arrestados. A medida que avanzaba el día, fueron convergiendo cerca de la plaza de la Grande Poste de Argel numerosas marchas venidas de los suburbios que han logrado colapsar el centro con decenas de miles de personas. Desbordada, la policía optó por permitir la protesta.

“Estamos en contra de estas elecciones porque no van a servir para cambiar nada. Aunque caminemos sobre oro negro, nuestros hijos no pueden ni comer. En 1962 no conseguimos la independencia real. Francia continúa controlando el país con el apoyo de unos dirigentes argelinos que se enriquecen a costa nuestra”, dice Mariam, una mujer que ha acudido a la protesta envuelta en una bandera de Argelia y con una pancarta que reza “No al voto, no al reciclaje”. “Lo que queremos es un Estado de derecho, tener un presidente civil, no otro militar”, añade esta madre de tres hijos que trabajaba en la televisión pública, pero dimitió en 2014 porque el sesgo de sus informaciones se le hizo insoportable.

Llamadas al boicot
Yazid, un joven contable, asistió a la concentración con cinco amigos de la infancia; todos optaron por boicotear los comicios. “Hoy solo votarán los corruptos, o los funcionarios que se vieron obligados. En el trabajo de mi mujer, una empresa pública, el jefe intentó obligar a los empleados a cederle su voto por procuración. Dijo que recibía órdenes de altos funcionarios. Ella lo rechazó, así que ya sabemos que nunca la ascenderán”, comenta resignado. A su alrededor, jóvenes armados con tambores y banderas no cesaban de cantar: “¡No habrá voto!” y “Somos los hijos de Amirouche, no vamos a recular”, en referencia al histórico líder de la lucha por la independencia.

Según los medios locales, la región de la Cabilia, con una fuerte identidad amazig y una larga tradición de revueltas, fue la zona donde los comicios se enfrentaron a mayores obstáculos. En Bouira, una turba asaltó y prendió fuego a la sede local de la ANIE, que decidió suspender la votación en todos los colegios de Tizi Ouzou, una capital de provincia. En otros pueblos de la zona, los activistas tapiaron las puertas de los colegios para impedir la entrada a los electores. En un vídeo que circulaba en las redes sociales, se podía ver a varios ciudadanos lanzando las papeletas al aire en el patio de una escuela de Bejaia.

Habida cuenta de la baja participación y la dimensión del boicot, al futuro presidente no le espera una tarea fácil. Los activistas aseguran que hay Hirak para rato.

elpais


Etiquetas: elecciones   Argelia   boicot  


Noticias