“Llevamos este tanque a sus límites intencionadamente y lo rompimos porque empujar los sistemas hasta el punto de falla nos proporciona datos adicionales para ayudarnos a construir cohetes de manera inteligente”, explicó Neil Otte, experto del Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de EE.UU. (NASA, por su acrónimo en inglés).
El tanque, el Space Launch System (SLS), superó la prueba, resistiendo más del 260 % de las cargas de vuelo esperadas durante más de cinco horas, momento en el que los ingenieros detectaron un punto de pandeo, que pronto derivó en una explosión deliberada.
Según Otte, jefe de la Oficina de Etapas de SLS, romper el tanque de propulsión ayudará a evolucionar de forma segura y eficiente el cohete a medida que se desarrollan nuestras misiones.
La prueba se llevó a cabo el pasado 5 de diciembre en la ciudad estadounidense de Huntsville (Alabama). Anteriormente, el tanque completó otras pruebas en las que resistió fuerzas extremas como las que soportará con el empuje del motor.
El tanque no mostró en ningún caso señales de agrietamiento o de rotura. De esta forma, no solo demostró que podía soportar una presión seria, sino que funcionó según lo había predicho un equipo de análisis de Boeing.
El SLS es el único cohete que puede llevar a la Luna la nueva nave espacial Orion, astronautas y suministros en una sola misión, por lo que representa la columna vertebral del programa Artemis de la NASA. Su objetivo es “volver a la Luna de una forma sostenible para preparar el próximo gran salto: enviar por primera vez astronautas a Marte”, de acuerdo con los ingenieros.
HispanTV
Etiquetas: