España logró salir casi ilesa de la difícil cumbre de la OTAN celebrada la semana pasada en Londres. Frente a lo ocurrido en otras ocasiones, Estados Unidos rebajó la presión sobre España en el asunto que más enfrenta a ambos países desde la llegada de Trump al poder: el modesto gasto militar español. La presencia estadounidense en las bases de Rota y Morón se ha convertido en un poderoso argumento que apacigua la retórica de EE UU. El secretario de Defensa estadounidense ha agradecido la colaboración a la ministra Margarita Robles y le ha pedido ampliarla.
Una breve conversación durante el cóctel que ofreció la reina de Inglaterra el pasado 3 de diciembre en el Palacio de Buckingham sirvió para relajar la tensión entre Madrid y Washington. Había pasado casi un año y medio desde los reproches directos que lanzó el líder estadounidense a España por sus cifras de gasto militar y el argumento resurgió en Londres. Esta vez Pedro Sánchez tenía munición preparada. El presidente, según explican fuentes gubernamentales, le dijo “todo lo que está haciendo España” en el plano militar, con más de 1.000 soldados desplegados en misiones aliadas. Pero sobre todo le habló de un elemento clave para EE UU: la presencia de sus tropas y sus equipos en las bases militares de Rota (Cádiz) y Morón (Sevilla). Y Donald Trump admitió que se trata de una muestra del compromiso español con la seguridad, también con la estadounidense, según las mismas fuentes.
Atrás quedaba la beligerancia que mostró Trump en la última cumbre de la OTAN, en julio de 2018. Desde Bruselas, sede de la Alianza, Trump apuntó directamente con el dedo a Sánchez para reprocharle las cifras de gasto militar. Ese episodio puso en guardia a España de cara a próximas citas. Para la de Londres, la diplomacia había ensayado bien los dos principales argumentos para convencer a los miembros de la OTAN, y en particular a EE UU, de que España es un aliado fiable pese a que su gasto militar no despegue del 0,92% del PIB. Como reconocimiento a su contribución, Sánchez fue el tercer líder en intervenir en la reunión de la OTAN, después del mandatario estadounidense, que suele arrancar el turno de intervenciones, y del británico, que era el anfitrión.
La distensión con España, pese a todo, no estaba garantizada. Horas antes de la recepción en Buckingham, Trump había realizado unas declaraciones a la prensa en las que seguía lamentando que “un par de países” ni siquiera llegaran al 1% de su PIB en gasto militar, cuando la meta de la OTAN (aunque para 2024 y sin obligación legal) se sitúa en el 2%. Solo España, Bélgica y Luxemburgo se quedan por debajo de ese 1%, según cifras oficiales. Pero la mayor prudencia mostrada por el líder estadounidense en esta cita —al menos dentro de la sala, donde se limitó a leer la intervención que llevaba escrita, en lugar de improvisar invectivas— y los argumentos que había amasado España relajaron la tensión.
No es la primera vez que Washington ensalza esa contribución española que consiste en prestar dos bases claves para las amenazas provenientes de África y de Oriente Próximo. El secretario de Defensa estadounidense que Trump nombró el pasado julio, Mark Esper, envió una carta de agradecimiento a la ministra española, Margarita Robles, a principios de septiembre. El texto, al que ha tenido acceso EL PAÍS, ensalza la colaboración entre Madrid y Washington y alude particularmente a las bases. “Valoro que España acoja a las fuerzas estadounidenses presentes en las bases de Morón y de Rota y aplaudo las robustas contribuciones militares globales de España”, señala el documento de tres párrafos.
Lejos de las críticas de otras ocasiones, Esper alaba la colaboración entre los dos países en el marco aliado. “Nuestro trabajo en la OTAN y en la coalición contra el Estado Islámico es vital para nuestra asociación trasatlántica. Espero que sigamos colaborando en abordar los desafíos que afronta el flanco sur de Europa”, añade. Ese énfasis en la importancia de las bases españolas coincide con un momento en que Washington ya ha trasladado informalmente al Ejecutivo español que quiere ampliar su presencia en Rota. Ese deseo se desliza ya en la carta: “Espero expandir nuestra cooperación para avanzar en la paz y en la seguridad global”, señala ya en el primer párrafo.
Ese aumento de activos consiste en desplazar más helicópteros, como avanzó este diario. España accede y garantiza que se hará en el marco del convenio que regula esa presencia estadounidense en las bases sureñas. Eso implica que el Ejecutivo no necesita el respaldo del Parlamento, aunque la ministra Robles tiene intención de informar al Congreso.
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