Uber pone cifras por primera vez la escala de las denuncias de pasajeros y conductores que sufrieron algún tipo de agresión sexual grave durante el viaje. En un detallado informe, la compañía de movilidad confirma que recibió un total de 5.981 quejas por asalto en los Estados Unidos en 2017 y 2018. Los reclamos abarcan desde tocamientos y besos no deseados hasta un total de 464 casos de violaciones en esos dos años, lo que equivale a cuatro de media a la semana.
El informe en el que analiza la seguridad de su servicio consta de 84 páginas. “Cada uno de estos incidentes representa a un individuo que sufrió un trauma horrible”, afirma el jefe legal de Uber, Tony West, que admiten que estas estadísticas son “difíciles de asimilar”. El negocio de la compañía lleva tiempo bajo un intenso escrutinio a raíz de numerosas demandas presentadas por los usuarios y sobre el procedimiento que sigue al seleccionar a los conductores.
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Las víctimas son, en todo caso, tanto usuarios como conductores. De hecho, los pasajeros fueron acusados de agresión sexual en el 45% de las quejas que recibió Uber, aunque en el caso de las violaciones los usuarios de su aplicación representaron el 92% de las víctimas. El informe indica que hubo además 587 intentos de violación en 2017 y 2018. Las denuncias más frecuentes fueron por contacto no deseado de partes sexuales del cuerpo (3.000 casos).
La estadística muestra que la tasa de incidentes disminuyó un 16% de media en todas las cinco categorías en las que divide las quejas, porque los casos reportados se mantuvieron entorno a los 3.000 incidentes al año, pero los viajes crecieron. Es muy probable, en todo caso, que aumenten si más usuarios denuncian la agresión. El informe señala, además, que muchas quejas no se investigaron porque no pudieron comunicarse con la víctima.
Uber realizó 3,1 millones de viajes por día durante el periodo que cubre el informe. Ahora rondan los cuatro millones. Aunque las cifras se consideran preocupantes, no se reportaron incidentes graves en el 99,9% de los desplazamientos. A la escala a la que opera, añade West, “vamos a ver tanto lo bueno como lo malo que sucede en la sociedad”. “La violencia sexual es mucho más frecuente de lo que mucha gente reconoce”, añade.
Uber, por tanto, no es inmune como tampoco lo es su principal rival Lyft. El informe, que se actualizará dentro de dos años, cubre también muertes relacionadas con viajes de Uber. Durante los dos años de referencia fallecieron 107 personas por accidentes de tráfico. Se citan también 19 muertes por asalto físico durante o después del viaje. No se cuantifican los que sufrieron lesiones.
Aunque West afirma que Uber es “un medio de transporte muy seguro”, el informe no responde a la pregunta de si lo es más que el taxi tradicional. Tampoco existe una estadística a nivel nacional que indique cuántos asaltos o muertes sucedieron en los taxis, ya que el servicio es regulado por cada ciudad y los departamentos de policía no suelen distinguir entre las compañías particulares.
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