Según el comunicado que ha emitido la ONG con motivo del Día Internacional de las Defensoras de los Derechos Humanos, los gobiernos no están haciendo lo suficiente para proteger a estas personas, quienes "habitualmente afrontan una amplia variedad de ataques vinculados específicamente con el género, como la violación".
Amnistía Internacional no sólo pide a los gobiernos y Estados que investiguen estos ataques, sino que además eduquen a su ciudadanía, pues "estas mujeres deben ser celebradas y protegidas por la valiente labor que desempeñan para mejor nuestras vidas", en especial "las de las comunidades más desfavorecidas".
Las activistas "son atacadas por ser quienes son y hacer lo que hacen. Los peligros son aún mayores si eres mujer y además perteneces a una minoría racial o eres indígena, pobre, lesbiana, bisexual, trans, o trabajadora sexual tienes que luchar mucho más para que quienes tienen el poder escuchen tu voz", ha denunciado el secretario general de Amnistía Internacional, Kumi Naidoo.
Para Naidoo, las defensoras de los Derechos Humanos "son fundamentales", pues "luchan contra el patriarcado y el racismo, al tiempo que ejercen presión para que se lleven a cabo reformas pioneras en muchísimos frentes". En muchas ocasiones, ha explicado, ellas mismas han sido víctimas de las injusticias y violencias que ahora tanto empeño ponen en acabar con ellas.
El movimiento feminista está siendo sometido recientemente, coincidiendo con una etapa de mayor auge y relevancia a nivel mediático, una campaña de demonización y desprestigio por parte de los sectores más reaccionarios de la sociedad, como fuerzas políticas conservadoras, líderes religiosos, y otros grupos violentos que ven peligrar sus privilegios, según AI.
La ONG ha enumerado en su informe casos particulares, como el de los grupos feministas en Polonia, que después de llevar a cabo "multitudinarias" manifestaciones en contra de los intentos por restringir el aborto, han sido objeto de ataques por parte de los segmentos más conservadores de la sociedad polaca.
Otro caso, esta vez en un país africano, es el de Mekfoula Brahim, quien tras luchar en su Mauritania natal contra la mutilación genital femenina, ha sido tildada de apóstata por criticar a aquellos que se sirven de la religión para discriminar a las minorías y seguir llevando a cabo prácticas aberrantes.
No sólo al desprestigio social tienen que hacer frente muchas de las activistas que luchan por los Derechos Humanos, algunas incluso son objeto de violencia sexual y humillaciones de ese tipo.
La capitana del barco de rescate Sea Watch 3, la italiana Carola Rackete, tuvo que escuchar como el primer ministro de su país, Matteo Silvini, la llamó "pirata" y "delincuente", y como poco después otras personas se sumaban a los ataques, algunos incluso amenazándola y deseando que fuera víctima de una violación.
En Bahréin, Ebtisam El-Saegh, sí fue agredida sexualmente, golpeada de forma brutal, pateada en el vientre y obligada a permanecer de pie durante la mayor parte de las siete horas que pasó siendo interrogada bajo custodia en 2017.
En Egipto, Malak al-Kashef, transgénero de 19 años, fue detenida en marzo de 2019 tras participar en manifestaciones pacíficas en El Cairo. Fue acusada de "ayudar a una organización terrorista", sometida a un examen anal forzado y, finalmente, liberada en julio de ese mismo año.
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