El acceso a contenidos piratas en los 28 países miembros de la Unión Europea disminuyó, en promedio, un 15,1% entre enero de 2017 y septiembre de 2018. Así lo indica un estudio de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) publicado este miércoles con los datos más recientes de los que dispone esa entidad.
El estudio separa los tipos de contenido en el citado período: el consumo de música pirata disminuyó un 32%; el de películas, un 19,2%; y el de contenido televisivo, un 7,7%. Ese último grupo no solo se incluye las series, sino cualquier tipo de programa de televisión. La información revelada indica también que el usuario medio de Internet en la Unión Europea accedió a contenidos piratas 9,7 veces al mes entre enero y septiembre de 2018.
España se encuentra muy cerca del promedio europeo. En el país, el acceso a todo tipo de contenido pirata disminuyó un 14,4% entre 2017 y 2018. Y al desglosar los datos, el estudio indica que el consumo ilegal de música cayó un 34,2%; el de películas, un 11,8%; y el contenido televisivo, un 2,8%. Además, entre enero y septiembre de 2018, los españoles entraron, en promedio, 8,7 veces al mes a contenidos pirata en la Red.
No hay muchos informes sobre piratería y, en su mayoría, proceden de alguna parte interesada. En España, por ejemplo, se publica cada año el Observatorio que encarga la Coalición de Creadores, que representa a la industria cultural. Su última edición detectó, en abril de este año, un descenso mucho menor de acceso a contenidos piratas: un 3%. De ahí que los análisis más independientes, como el de la EUIPO, contribuyan a una fotografía más certera del fenómeno. Otro informe, publicado el año pasado por dos economistas de la Comisión Europea, señalaba que la piratería resta un 10% de espectadores al cine en España. Mientras que un estudio de 2017, también realizado por la UE, concluyó que no había pruebas suficientes para demostrar que el acceso ilícito a contenidos culturales dañara a la industria.
La información en la que se basa el estudio de EUIPO proviene de los datos extraídos de más de 70.000 millones de conexiones a Internet entre enero de 2017 y septiembre de 2018. Los análisis se ocupan de dispositivos fijos y móviles, y de las principales formas de acceso a los productos: transmisión en directo, descargas, archivos Torrent y copias de archivos en Internet.
Según Luis Berenguer, director de Comunicación de la EUIPO, el descenso del consumo de contenido pirata en Internet se debe, en parte, a que las plataformas que ofrecen ese tipo de productos de forma legal ahora son mucho más accesibles para los internautas. Pero también porque hay otra conciencia al respecto: “Queremos pensar que empieza a haber un cambio cultural, que la gente ya empieza a ser consciente de que los contenidos, la creación, el derecho a la propiedad intelectual, son algo que debe ser remunerado, porque en caso contrario desaparecería”.
La información de la EUIPO publicada este miércoles revela también que las plataformas ilegales de televisión de protocolo por Internet (IPTV, por su sigla en inglés) ganaron 941,7 millones de euros en 2018. El documento de la agencia europea indica que 13,7 millones de personas en la Unión Europea (3,6% de la población comunitaria) accedieron a ese tipo de transmisiones en el período mencionado.
Las plataformas IPTV son aquellas que proporcionan el acceso a televisión a través de Internet. Pueden ser legales e ilegales. Estas últimas suelen piratear o hackear las señales para ofrecer el producto a los usuarios sin que estos deban darse de alta o pagar. El dinero que ganan esas páginas pirata proviene habitualmente de publicidad o de otras webs que pagan dinero para ser vinculadas en la plataforma proveedora ilegal.
Sin embargo, puede haber casos en que las personas sean engañadas al acceder a este tipo de plataformas. En cualquier caso, consumir a través de esos proveedores implica riesgos, especialmente con los datos de los usuarios, ya que las páginas que ofrecen contenido ilegal no usan la información de sus visitantes con los mismos escrúpulos con que lo hace una plataforma legal.
Berenguer recuerda que los distribuidores de contenidos legales por Internet en Europa generan anualmente 11 millones de empleo, y que se prevé que esa cifra crezca en los próximos años. Por eso, el consumo ilegal de contenido en la red, además de vulnerar los derechos de propiedad intelectual e industrial, puede afectar a los trabajadores de ese sector. Ahí radica, en parte, la importancia de que los clientes adquieran costumbres de consumo responsable.
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