La presidenta electa de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, podrá comprobar este miércoles el engranaje de la mayoría parlamentaria en la que quiere apoyarse durante los próximos cinco años. Y lo podrá hacer en su prueba final antes de tomar posesión, si nada se tuerce, el próximo 1 de diciembre. La Eurocámara votará la nueva Comisión tras haber demorado un mes su puesta en marcha tumbando a tres de los comisarios inicialmente propuestos por las capitales. Para evitar un mal mayor en el momento clave, Von der Leyen y sus tres vicepresidentes ejecutivos mantenían durante la noche del martes en Estrasburgo una intensa agenda con los jefes de filas y diputados de los populares, socialdemócratas y liberales.
El Parlamento Europeo decidirá este miércoles si, con un mes de retraso, la Comisión de Ursula von der Leyen echa a andar. La alemana necesita la mayoría simple de los votos emitidos. Las tres principales fuerzas, tanto en la Cámara como en la Comisión —el Partido Popular Europeo (PPE), el grupo de los Socialistas y Demócratas (S&D) y los liberales de Renew—, suman 444 escaños. Si a ellos se suman el PiS (Polonia), que también está en el Ejecutivo, Von der Leyen podría aspirar a una mayoría holgada de hasta 470 votos favorables. Fuentes europarlamentarias tampoco descartaban el respaldo de algunos diputados de Los Verdes y la abstención de otros. La Izquierda Verde Unitaria, en cambio, votará en contra.
Von der Leyen, sin embargo, no quería dejar cabos sueltos. Su elección el pasado mes de julio, que se presumía cómoda, acabó siendo muy ajustada. Pasó el filtro por solo nueve votos. El Parlamento Europeo, además, ha sido muy combativo durante todo el proceso de validación de los candidatos a comisario, llegando a bloquear tres aspirantes, entre ellos Sylvie Goulard, la apuesta del presidente francés, Emmanuel Macron. Fuentes europarlamentarias esperan que esta vez sea distinto por dos razones. La primera, el voto será nominal y no anónimo. Y la segunda, los principales grupos tienen poderosas razones en juego: el PPE, la presidencia y nueve comisarios; el S&D, nueve carteras; los liberales, cinco; y el PiS, una.
No obstante, el equipo de Von der Leyen intensificó ayer sus contactos con los grupos parlamentarios para amarrar los apoyos necesarios. La presidenta electa se reunió con los líderes de los partidos, en especial con Manfred Weber (PPE), Iratxe García (S&D) y Dacian Ciolos (Renew). A su vez, sus tres aspirantes a vicepresidentes ejecutivos —Frans Timmermans (S&D), Margrethe Vestager (Renew) y Valdis Dombrovskis (PPE)— se vieron con diputados de cada formación. El entorno de Von der Leyen también confiaba en que el resto de los vicepresidentes, entre ellos el español Josep Borrell, y comisarios dieran el resto.
Concesiones de Von der Leyen
La presidenta de los socialdemócratas, Iratxe García, mandó una carta a sus diputados pidiendo “unidad” ante la votación de este miércoles. El S&D fue, precisamente, uno de los partidos en los que más deserciones hubo en la votación sobre Von der Leyen, lo cual se atribuyó a un castigo a la decisión del Consejo Europeo de fulminar a Timmermans, el candidato principal de los socialdemócratas.
De hecho, Von der Leyen ya hizo antes de las audiencias finales a los últimos tres comisarios varias concesiones a los socialdemócratas para ganarse su apoyo. Entre ellas, dio más competencias a la cartera del italiano Paolo Gentiloni (Economía) y permitió que se apuntaran el tanto de haber logrado cambiar el polémico nombre de la cartera de Margaritis Schinas, que se llamará Promoviendo el estilo de vida europeo, con lo que salta definitivamente el controvertido gerundio Protegiendo que suscitaba rechazo en las filas liberales y de la izquierda.
Von der Leyen, de forma paralela, ultimaba el martes su intervención, en la que previsiblemente pondrá énfasis en los retos que afronta una Comisión que en varias ocasiones ha calificado de “geoestratégica”, entre ellos, la emergencia climática o el desafío digital. Tras la presentación de su equipo, los grupos pasarán a votar a una Comisión que no contará con comisario británico, después de que el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, decidiera no enviar a nadie al considerar que el 30 de enero de 2020 el país abandonará la UE.
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