Los arqueólogos han descubierto el templo megalítico de hace unos 3000 años donde, muy probablemente, se llevaron a cabo rituales de culto al agua, y que fue levantado por una civilización hasta ahora desconocida. En el mismo emplazamiento se hallaron 21 tumbas de época posterior, lo que indica que el edificio fue reutilizado.
El templo, edificado sobre una serie de plataformas, en el que aún quedan en pie grandes bloques de piedra de unas tres toneladas cada una, se extiende sobre una superficie de 40 metros de largo y 56 de ancho.
Exhibe tres fases de construcción: la primera, que data entre los años 1500 y 800 a.C., se trata de una pequeña estructura con cimientos de arcilla en forma de cono. La segunda etapa data de entre 800 y 400 a.C., y la construcción presenta numerosas influencias de la cultura Chavín, que dominó la región entre 900 y 200 a.C. Y la tercera etapa data de los años 400 y 250 a.C., cuando se agregaron unas columnas para sostener el techado.
El edificio conserva asimismo restos de una escalinata central de diez metros de ancho y quince de largo. La monumental estructura está rodeada de imponentes muros. Delante del templo hay una plaza en la que se alza un altar que presenta unos pequeños orificios que “son típicos de los altares de agua que se encuentran en otros lugares, y se halla en los manantiales del río Valle de Zaña”.
HispanTV
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