Salida de emergencia para Pompeo, debilitado por el ‘impeachment’ a Trump

  24 Noviembre 2019    Leído: 524
Salida de emergencia para Pompeo, debilitado por el ‘impeachment’ a Trump

El presidente abre la puerta a que el secretario de Estado dimita y opte a senador por Kansas.

El fenómeno no conoce fronteras. En todas partes hay ministros de Exteriores a los que el mundo se les queda pequeño y siempre tienen un ojo en casa. En Estados Unidos diríase que Mike Pompeo ostenta más bien el título de ministro de Exteriores y de Kansas , más que el de secretario de Estado. Procedente del Tea Party, Pompeo nunca ha descartado volver al estado desde el que lanzó su carrera política, que ha visitado con más frecuencia que países extranjeros clave para la política exterior de EE.UU., y ha dejado la decisión, literalmente, en manos de Dios y de Donald Trump.

El impeachment al presidente por las presiones a Ucrania a cambio de favores políticos podrían acelerar la decisión después de una semana demoledora en la que varios testigos han implicado al secretario de Estado en la trama. Ha sido el propio Trump quien ha confirmado que ha hablado con él del tema y ha dejado la puerta abierta a que Pompeo, uno de los miembros más influyentes de su gabinete, abandone el barco para volver al estado del Medio Oeste y garantizar que en el 2020 uno de sus escaños no acaba en manos demócratas.

“Vino y me dijo: ‘Mira, preferiría quedarme donde estoy...’, pero es alguien que ama Kansas y a la gente de Kansas... Si pensara que hay alguna posibilidad de perder el escaño, creo que lo haría [presentarse] y que arrasaría, porque la gente de Kansas lo ama”, ha dicho esta semana el presidente en una entrevista con Fox News. En Kansas los estrategas republicanos lo interpretaron como “una bendición” a su salida de gobierno. Pompeo es una de las pocas personas que oyeron en vivo la llamada de Trump al presidente ucraniano Volodímir Zelenski. Dijo que todo le pareció “perfectamente apropiado” y que no creía que la suspensión de la ayuda militar a Kiev estuviera relacionada con las presiones para que el nuevo gobierno anunciara la apertura de investigaciones relativas a los rivales políticos del presidente (Joe Biden, por el trabajo de su hijo en la gasística Burisma, y el Partido Demócrata, por el supuesto papel de Ucrania en el hackeo de su servidor informático en el 2016, atribuido a Rusia).

Su relato, sin embargo, ha quedado fuertemente comprometido esta semana después de que el embajador de EE.UU. ante la UE, Gordon Sonland, asegurara que “estaba al corriente” de las peticiones a Ucrania y mostrara al Congreso varios e-mails que les escribió sobre el tema y que ha podido rescatar a pesar de las trabas que le ha puesto el Departamento de Estado para acceder a sus propios documentos desde que estalló el escándalo. Otros testigos le han reprochado que dejara que fuera el abogado del presidente, Rudy Giuliani, quien tomara las riendas de las relaciones con Kíev. Internamente, la situación de Pompeo también es complicada.

Altos cargos del Departamento de Estado le han criticado por no defender a sus diplomáticos de los ataques a los que han sido sometidos, en especial –pero no sólo– la exembajadora Marie Yovanovich. Trump ha acusado a los empleados públicos que han testificado ante el Congreso de ser Never Trumpers y actuar por motivos políticos y, en privado, se ha quejado de la “deslealtad” de algunos de los fichajes del secretario de Estado, una pieza fundamental para conectar con los evangelistas, un electorado clave para el presidente.

Destacados miembros del Partido Republicano llevan meses animándolo para que se presente a senador por Kansas. Pompeo representó al estado durante seis años como congresista, antes de que Trump le encomendara dirigir la CIA y, en abril del 2018, lo nombrara secretario de Estado. La retirada del senador que ocupa el escaño obligará a celebrar unas primarias muy concurridas que podría ganar el exgobernador Kris Kobach. Artífice del fallido experimento fiscal que llevó al borde del desastre a Kansas y defensor de duras políticas antiinmigración, Kobach fue derrotado en el 2018 por la demócrata Laura Kelly. Aunque Kansas no ha enviado un senador demócrata al Capitolio federal desde 1932, el establishment del partido en Washington teme que ocurra algo parecido si finalmente es elegido candidato, de ahí que pesos pesados como el senador Mitch McConnell le hayan animado a presentarse.

Queda tiempo hasta las primarias pero los constantes viajes de Pompeo, de 55 años, a Kansas han suscitado críticas dentro del propio estado y en el Congreso, donde los demócratas han pedido que se investigue si ha usado su cargo y recursos oficiales para fines políticos (en una de sus últimas visitas se reunió con el millonario Charles Koch, su histórico benefactor). La salida de John Bolton del Consejo de Seguridad Nacional, sin embargo, reforzó la posición de fuerza de Pompeo dentro de la Casa Blanca. Dejó de estar claro qué convenía más a su futuro político, si quedarse con la esperanza de que Trump sea reelegido y él mismo se pueda lanzar a la campaña presidencial en el 2024, o si era mejor no arriesgarse y aterrizar discretamente en Kansas.

La difícil posición en que se encuentra ahora será un factor de peso en su decisión. Este viernes se han publicado nuevos documentos en los que consta que Pompeo se comunicó con Giuliani sobre la campaña de desprestigio sufrida por Yovanovich. Varios congresistas demócratas han firmado una carta en la que piden al secretario de Estado que se inhiba de todos los temas relacionados con Ucrania. Otros, como Alexandria Ocasio-Cortez, exigen que se le cite a declarar, aunque haya que esperar a que los tribunales decidan si está obligado a comparecer. La presidenta de la cámara baja, la demócrata Nancy Pelosi, considera en cambio que tienen material suficiente para redactar las acusaciones contra Trump y votar antes de final de año.

lavanguardia


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