Como subrayó en su discurso durante una reunión sobre el medioambiente organizado por Greenpeace la investigadora de la Universidad Politécnica de Madrid, Ana Iglesias, "el estrés climático nos trae a la península más desigualdad. Los más vulnerables, los pequeños agricultores, serán siempre los que más afectados estén".

"Una España más seca no quiere decir que vaya a haber menos inundaciones. En el tema de la justicia medioambiental lo vamos a ver todo cada vez más relevante", pronostica Iglesias, citada por El Mundo.

Otros participantes de la reunión explican cómo puede ser esto. Así, Ernesto Rodríguez de la Agencia Estatal de Meteorología recordó que en las últimas cinco décadas se ha observado una reducción "apreciable" de la precipitación y un "aumento" de la demanda evaporativa en España, por lo que hay "menos agua disponible", especialmente en el sur del país.

Rodríguez pronostica "menos días de precipitación" a lo largo del año y que también "cambiará la longitud del periodo más seco".

El catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla, Leandro Moral, por su parte, atrajo la atención hacia la reducción de cuencas, hasta el 30% en el medio oeste.

El nivel del mar Mediterráneo aumenta en 3,4 mm por año, mientras que los veranos son "casi cinco semanas más largos" que a comienzo de la década de 1980, suena la alarma desde Greenpeace.

Según sus datos, casi una cuarta parte de España "se puede considerar desierto", mientras que el 75% de la península ibérica está en "peligro de desertificación".

España obtuvo el derecho de celebrar la XXV Cumbre del Clima COP25 tras la renuncia del Gobierno chileno por las protestas que sacuden el país latinoamericano.

La COP es un encuentro mundial de las Naciones Unidas sobre cambio climático que reúne a más de 190 países.

En su edición de este año los países discutirán sobre el desarrollo e implementación de las medidas contempladas en el Acuerdo de París para contener el calentamiento global.

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