A comienzos de 2019, el gobierno austriaco era condenado a pagar un millón y medio de euros a la expropietaria de la casa en la que nació Adolf Hitler. Las autoridades habían decidido expropiar el edificio para que no cayera en manos que la utilizaran con fines propagandísticos y los tribunales tuvieron que ponerle un precio a la vivienda mucho mayor del que en principio se había pagado por ella, apenas 300.000 euros.
Ahora, ya se sabe cuál será la utilidad que se dará a esta edificación: el ministro del Interior austriaco ha comunicado que se convertirá en una comisaría de policía. Cumplen así el objetivo prioritario que se habían marcado: evitar que se convirtiera en un lugar de culto para grupos de ideología nazi.
En un comunicado que recoge Al Jazeera, el ministro del Interior, Wolfgang Peschorn, explica que "el uso futuro de la casa por parte de la policía debería enviar una señal inequívoca de que este edificio nunca más evocará la memoria del nacionalsocialismo".
Se necesitan ideas
Hasta ahora, y aunque Hitler solo pasó los primeros meses de su vida en esta casa después de nacer allí en 1889, sigue siendo un lugar que atrae simpatizantes nazis procedentes de todo el mundo, sobre todo en la fecha del cumpleaños del dictador.
El edificio se encuentra en la localidad de Braunau am Inn, una pequeña ciudad en la frontera de Austria con Alemania. Ahora, las autoridades invitarán a diferentes arquitectos a presentar sus diseños para el nuevo uso que se le dará al edificio: será la comisaría de la policía local en poco tiempo.
El objetivo es decidir el proyecto ganador en el primer semestre del año 2020 y que las obras comiencen inmediatamente después, para que el edificio esté preparado lo antes posible. Una inscripción situada junto a la casa sigue recordando hoy en día el origen del dictador: "Por la paz, la libertad y la democracia, nunca más el fascismo, millones de muertos son una advertencia".
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