En un comunicado emitido el lunes por la noche, el presidente estadounidense, Donald Trump, consideró el golpe contra Morales como un “momento significativo” para la democracia en la región del sur de América e hizo sonar la alarma sobre el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela y el de Daniel Ortega en Nicaragua.

“Estos eventos envían una fuerte señal a los regímenes ilegítimos en Venezuela y Nicaragua de que la democracia y la voluntad del pueblo siempre prevalecerán”, indicó el mandatario norteamericano.

El inquilino de la Casa Blanca alabó, asimismo, los esfuerzos del pueblo y el Ejército del país andino por preservar la democracia, la libertad y su Constitución.

Después de casi tres semanas de manifestaciones violentas, en el marco de un golpe de Estado, promovido por la oposición boliviana que no aceptaba la derrota de sus líderes en las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre, Morales renunció el domingo a su cargo para “preservar la paz”.

El exmandatario andino venía denunciando los intentos de los opositores para desestabilizar el país y, para calmar la situación, llamó al diálogo y convocó nuevas elecciones, pero la oposición siguió adelante con su agenda violenta de cara a provocar un golpe de Estado.

Tras su renuncia, Morales aceptó el asilo político que le ofreció el Gobierno mexicano y abandonó el lunes Bolivia rumbo al país azteca. “Regresaré con más fuerza y energía”, dijo antes de partir de su patria.

Venezuela, Argentina y México y otros países regionales y extrarregionales han calificado de golpe de Estado la renuncia de Evo Morales. No así EE.UU.

El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) tiene previsto celebrar hoy martes una reunión extraordinaria con el fin de abordar “la situación en Bolivia”.

HispanTV

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