Morales aseguró que renunció “por el bien del país”, el cual ha sido sacudido por múltiples protestas en los días posteriores a los comicios. Tres personas han muerto en las manifestaciones y cientos resultaron heridas.
“Lo lamento profundamente”, sostuvo Morales, durante su alocución en televisión nacional. Y añadió que enviaría su carta de renuncia al Congreso en las próximas horas.
Los manifestantes y la oposición boliviana acusaron a las autoridades electorales de manipular el conteo de votos a favor de Morales, el presidente del país durante un largo tiempo. El mandatario negó las acusaciones, pero se declaró ganador de los comicios.
El vicepresidente Álvaro García Linera también anunció su renuncia minutos después de Morales. Según la Constitución de Bolivia, la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra Arriaza, de 30 años, sería la próxima en la línea de sucesión. Pero no está claro si ascenderá a la presidencia debido a la oposición generalizada al partido de Morales.
Evo Morales dimitió a su cargo apenas horas después de prometer que se celebrarían nuevas elecciones y que el consejo electoral del país sería reemplazado, tras el informe de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Una serie de supuestas irregularidades –que incluyen fallas en la cadena de custodia de las papeletas, alteración y falsificación de material electoral, redirección de datos a servidores no autorizados y manipulación de datos– impactaron el conteo oficial de los votos, aseguró la OEA.
Durante las horas posteriores al cierre de las urnas, los resultados preliminares mostraban que Morales superaba ligeramente a su oponente, el expresidente Carlos Mesa. El estrecho margen habría provocado una segunda vuelta en diciembre.
Pero la oposición y los observadores internacionales comenzaron a sospechar después de que los funcionarios electorales detuvieron el conteo durante aproximadamente 24 horas sin ninguna explicación. Cuando se reanudó el proceso, el liderazgo de Morales había aumentado significativamente, dándole los votos necesarios para evitar la segunda vuelta.
“Las manipulaciones al sistema informático (utilizado en las elecciones) son de tal magnitud que el Estado boliviano debe investigarlas profundamente para llegar al fondo (de este tema)”, dijo la OEA, en parte.
La organización recomendó nuevas elecciones bajo “nuevas autoridades electorales para ofrecer un proceso confiable”.
Los llamados para que Morales renunciara aumentaron durante el fin de semana. Este sábado, varias unidades policiales se unieron a esa exigencia, mientras que el jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia, el comandante Williams Kaliman, afirmó que sus tropas no enfrentarían a los manifestantes.
El domingo, Kalimán dio un paso más allá y le pidió a Morales que dimitiera con el objetivo de restaurar la estabilidad y la paz.
Varios funcionarios del partido del gobierno anunciaron este domingo que renunciarían, incluidos alcaldes y Víctor Borda, presidente de la Cámara de Diputados.
El Departamento de Estado de EE.UU. está monitoreando los “eventos que se desarrollan rápidamente” en Bolivia, señaló un portavoz de la entidad.
Previamente, el Secretario de Estado Mike Pompeo había elogiado la auditoría de la OEA y dijo que Estados Unidos apoyaba las nuevas elecciones y la instalación de un nuevo consejo electoral.
“Para restaurar la credibilidad del proceso electoral, todos los funcionarios del gobierno y funcionarios de cualquier organización política implicada en las elecciones fallidas del 20 de octubre deben apartarse del proceso electoral”, sostuvo Pompeo.
Manifestantes protestan por los resultados de las elecciones en Sucre, Bolivia, el 22 de octubre de 2019.
Morales es uno de los jefes de Estado que más años estuvo en el poder en América Latina, además de ser el primer presidente indígena de Bolivia. Ganó su primera elección con una campaña que prometía un gobierno centrado en las necesidades de los pobres del país. Pero también fue acusado de usar el sistema para concentrar el poder.
CNN