El paso de manos israelíes a manos jordanas se ha producido a las 4.30 de la tarde, cuando la puerta del enclave se ha cerrado.
Según los términos del tratado de paz que Jordania e Israel firmaron en 1994, los israelíes podían controlar los enclaves durante 25 años y Jordania podría reclamarlos luego.
El año pasado, el rey Abdalá II de Jordania anunció que ejercería su derecho a quedarse con el control de Naharayim y Tzofar. El primero comprende unos 800 dunams (0,8 km2) de tierras agrícolas donde han trabajado agricultores israelíes y también es un área de importancia para la industria del turismo.
Tzofar, al sur del Mar Muerto, consta de 4.500 dunams (4,5 km2), de los cuales, unos 1.100 dunams (1,1 km2) se han utilizado con fines agrícolas, principalmente para cultivar pimientos.
La decisión de Jordania de recuperar el control de los enclaves se produjo en medio de protestas antigubernamentales contra los líderes jordanos por cuestiones económicas y políticas, entre ellas, la cuestión de los enclaves.
Decenas de diputados del Parlamento jordano firmaron una petición que pedía al gobierno que no extendiera el control israelí de los enclaves.
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