"Preguntar si el presidente va a renunciar es como preguntar si enterramos la democracia (...), ¿por qué tendríamos que renunciar si ganamos las elecciones?", dijo García Linera en una conferencia de prensa en la que condenó la violencia extrema desatada el 6 de noviembre, especialmente contra mujeres, durante las protestas.
Hizo la declaración al referirse a una publicitada llegada a La Paz del líder de las protestas, el dirigente cívico Luis Fernando Camacho de la ciudad de Santa Cruz (este), con el propósito de entregar a Morales una carta de renuncia para que el presidente la firmara.
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El vicepresidente dijo que Camacho, quien está desde la noche del 6 de noviembre en La Paz, "tiene derecho a entregar su carta" en la sede presidencial, y "por supuesto que va a tener una respuesta en el marco de la Constitución".
"Pero no se puede pedir a ningún funcionario público que vaya contra la Constitución", insistió el vicepresidente, quien fue reelecto junto con Morales en los comicios generales del pasado 20 de octubre, que la oposición ahora quiere anular.
García Linera remarcó que Morales ejerce un mandato vigente hasta el 22 de enero de 2020 y ganó la reelección con 47% de los votos válidos y 640.000 votos o 10,5 puntos porcentuales por encima del segundo candidato, el expresidente Carlos Mesa.
"¿Por qué tendríamos que renunciar? (...) a menos que algunos tengan en mente un 'mamertazo'", dijo, recordando un suceso de 1951 cuando el entonces presidente Mamerto Urriolagoitía desconoció la victoria electoral del populista Víctor Paz, provocando una insurrección que culminó en la Revolución Nacional de 1952.
García aseguró que la actual violencia no se habría desatado si la oposición, y en especial Mesa, hubiera reconocido su derrota en los pasados comicios en vez de denunciar fraude sin pruebas y convocar a protestas empezando por la toma de los edificios del órgano electoral, varios de los cuales resultados quemados.
Ante las denuncias de fraude, el Gobierno de Morales convino con la Organización de los Estados Americanos (OEA) la realización de una auditoría internacional al proceso electoral, como "vía institucional de solución".
"Como saben que no van a poder demostrar que ha habido fraude, entonces la violencia. ¿Y qué dicen ahora? que no haya auditoría. Saben que no ha habido fraude y por eso están optando por la vía del 'mamertazo', un golpe de Estado", afirmó.
García pidió a la oposición esperar el informe de la auditoría de la OEA para luego "evaluar entre todas las fuerzas políticas qué se va a hacer", y condenó reiteradamente la violencia del 6 de noviembre en Cochabamba, donde un manifestante murió y una alcaldesa oficialista fue ultrajada.
Según mostraron reportes de televisión, manifestantes opositores movilizados en motocicletas irrumpieron en una concentración de mujeres campesinas, antes de asaltar y quemar la sede del gobierno municipal del pueblo cochabambino de Vinto.
La televisión y las redes sociales divulgaron imágenes de cómo los manifestantes capturaron a la alcaldesa, la hicieron caminar descalza por una avenida, le echaron pintura roja y le cortaron el cabello exigiéndole su renuncia.
"Si ellos [opositores] aceptaran su derrota les garantizo que Limbert estaría vivo, esa alcaldesa humillada no habría sufrido eso, esas mujeres campesinas estarían tranquilas produciendo", remarcó el vicepresidente.
Limbert es el nombre de un joven que integraba un grupo opositor, que murió por las heridas que sufrió en la cabeza por la explosión de un lanzacohetes artesanal que él intentaba disparar, según testimonios de sus compañeros publicados por medios locales.
El 6 de noviembre hubo también violentos choques en La Paz entre la Policía y universitarios que pretendía aproximarse a la Casa Grande del Pueblo, donde está la oficina de Morales.
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