El juzgado de Instrucción de San Francisco Gotera ordenó desenterrar los restos ubicados en un cementerio del cantón Agua Blanca (Morazán) tras escuchar el relato de Fidel Pérez, uno de los sobrevivientes de esa matanza.
Ese testigo aseguró que cerca de 20 personas se refugiaron en una cueva para escapar del operativo militar hasta que los soldados los descubrieron y lanzaron una granada, que acabó con la vida de ocho personas y dejó 12 sobrevivientes. RT
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