"La violencia, la intolerancia y el menosprecio a las libertades no pueden tener cabida en Cataluña", dijo Felipe VI durante un discurso ofrecido en Barcelona con motivo de la ceremonia de entrega de los premios de la Fundación Princesa de Girona.
Con estas palabras, el monarca se posiciona por primera vez públicamente ante los acontecimientos de las últimas semanas en Cataluña.
En su discurso, Felipe VI reivindicó una Cataluña "orgullosa de sus señas de identidad" pero al mismo tiempo "plural integradora, constructiva y solidaria" con el resto de España.
En ese sentido, el monarca destacó el papel histórico de Cataluña como un actor capaz de "enriquecer las raíces de la sociedad democrática" y realizar una "contribución inspiradora para el resto de España".
Antes de Felipe VI también tomó la palabra su hija, la princesa Leonor de Borbón, que por primera vez realizó un discurso en catalán.
Afirmó que Cataluña es una tierra por la que siente un "verdadero afecto" y que siempre ocupará "un lugar especial" en su corazón.
El acto se desarrolló en el centro de Barcelona, en un recinto ante el que se agolparon miles de manifestantes independentistas para rechazar a la Familia Real.
Además de corear proclamas en contra de la monarquía y a favor de la independencia de Cataluña, los manifestantes prendieron una hoguera en la que arrojaron objetos como retratos de Felipe VI o banderas de España.
La gala de los Premios Princesa de Girona se celebra tradicionalmente en la ciudad de Girona, pero en esta ocasión tuvo lugar en Barcelona para evitar las trabas puestas por el Gobierno local en la edición anterior.
El Ayuntamiento de Girona se negó a ceder un espacio para la celebración de la gala en 2018 tras declarar persona non grata al monarca por el discurso que Felipe VI pronunció el 3 de octubre de 2017, dos días después de la celebración del referéndum unilateral del 1 de octubre
En ese discurso Felipe VI condenó la convocatoria del referéndum independentista y, además, avaló la polémica actuación de los antidisturbios en los enfrentamientos que se produjeron contra los participantes en la consulta.
En opinión del independentismo catalán, Felipe VI abandonó el papel de moderador que le concede la Constitución y se convirtió en un actor de parte respecto al conflicto catalán con su discurso del 3 de octubre.
Actualmente el Gobierno catalán mantiene roto cualquier tipo de contacto institucional con la Casa Real y, además, el Parlamento catalán reprobó en varias ocasiones al rey en los últimos meses pese a que el Tribunal Constitucional señaló que no tiene capacidad para hacerlo.
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