En su informe de 53 páginas "Han disparado a muchos así: Redadas nocturnas abusivas por parte de las fuerzas de ataque afganas respaldadas por la CIA", HRW documenta 14 casos desde finales de 2017 hasta mediados de 2019 en los que las fuerzas de ataque afganas respaldadas por la CIA cometieron serios abusos, algunos equivalentes a crímenes de guerra.
HRW ha instado a Estados Unidos a trabajar con el Gobierno afgano para disolver y desarmar a todas las fuerzas paramilitares que operan fuera de la cadena de mando militar ordinaria y cooperar con investigaciones independientes de todas las denuncias de crímenes de guerra y otros abusos contra los Derechos Humanos.
"Al intensificar las operaciones contra los talibán, la CIA ha permitido que las fuerzas afganas cometan atrocidades, incluidas ejecuciones extrajudiciales", ha señalado la directoria asociada para Asia de HRW y autora del informe, Patricia Gossman.
El informe se basa en 39 entrevistas de residentes locales y otros testigos de redadas nocturnas en las provincias de Ghazni, Helmand, Kabul, Kandahar, Nangarhar, Paktia, Uruzgan, Wardak y Zabul, así como con grupos afganos defensores de Derechos Humanos que han documentado estas redadas.
Según HRW, las redadas nocturnas destinadas a matar o capturar insurgentes se producen normalmente en zonas rurales que están bajo control talibán y en ellas algunos hombres han sido detenido sin que sus familias conozcan su paradero.
La organización ha asegurado que el pasado mes de agosto, en la provincia de Paktia, una unidad paramilitar mató a ocho hombres que visitaban a sus familias durante sus vacaciones y a otros tres en el mismo pueblo. Según los testigos, ninguno se resistió antes de recibir un disparo.
Los ancianos de la comunidad afgana, los trabajadores sanitarios y otros han descrito las redadas como un echo cotidiano para muchas comunidades con consecuencias devastadoras, según HRW.
La organización ha indicado que el dramático aumento de la cifra de víctimas civiles en operaciones aéreas de Estados Unidos durante 2018, refleja cambios en las directivas tácticas que eliminan las medidas que anteriormente habían reducido el daño civil.
HRW ha subrayado que Estados Unidos y Afganistán no han investigado de forma adecuada los presuntos ataques aéreos ilegales en Afganistán.
"Los gobiernos de Estados Unidos y Afganistán deberían cooperar con investigaciones independientes sobre estas acusaciones", ha asegurado Gossman. "Estos no son casos aislados, sino que ilustran un patrón más amplio de violaciones graves de las leyes de guerra e incluso crímenes de guerra, por parte de estas fuerzas paramilitares", ha aseverado.
La ONG también ha denunciado que durante las redadas nocturnas en instalaciones sanitarias, las fuerzas han asaltado y en ocasiones asesinado a personal médico y cuidadores civiles, además de dañar instalaciones.
"Las fuerzas afganas respaldadas por la CIA en caso tras caso han ignorado las protecciones a las que tienen derechos los civiles y los detenidos y han cometido crímenes de guerra", ha recalcado Gossman. "Los gobiernos de Estados Unidos y Afganistán deberían poner fin a esta patología y disolver todas las fuerzas irregulares", ha añadido.
diariosigloxxi
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