La crisis política que sacude a Haití desde hace meses va en aumento. Este domingo, en la primera jornada de una nueva semana de protestas contra el presidente Jovenel Moise, se registraron al menos dos muertos y ataques incendiarios a las embajadas de Francia y Canadá, informó el periódico local Le Nouvelliste.
Estos y otros hechos violentos —como los saqueos a locales comerciales y sedes bancarias que ocurrieron en la capital, Puerto Príncipe— tuvieron lugar en el mismo momento en que la Policía reclamaba de manera pacífica mejores condiciones de trabajo, bajo amenaza de dejar las armas.
En medio de este caos, el presidente Jovenel Moise dio una entrevista este lunes a la radio Metropole, en la que ratificó que no renunciará a su cargo, mientras los faltantes de combustible y artículos de primera necesidad elevan el descontento popular.
De acuerdo al jefe de Estado, su dimisión podría provocar un agravamiento de la situación en las calles a manos de "pandillas".
Tras considerar la grave crisis actual como una "oportunidad" para implementar reformas a favor de los sectores más vulnerables de la población, llamó a la oposición al diálogo, a fin de lograr un acuerdo político con miras a la conformación de un gobierno de unidad nacional.
"No han hecho nada en Haití": miles de familias abandonadas en reasentamientos por las ONG tras casi 10 años del terremoto
Por otra parte, Moise confirmó que ha solicitado ayuda humanitaria al gobierno EE.UU., aunque no dio detalles sobre el pedido. "Estamos en un momento muy difícil", reconoció.
Tras las declaraciones del presidente, miles de manifestantes volvieron a marchar para pedir su renuncia. En cuanto al reclamo de la Policía, que podría agravar el descontrol en las calles, el primer ministro, Jean Michel Lapin, adelantó que se darán respuestas a corto, mediano y largo plazo para atender las demandas de los efectivos.
En tanto, la embajada norteamericana en Haití atendió este lunes únicamente situaciones de "emergencia", ante la escalada de violencia en el país.