Camp Bucca, una cárcel clandestina ubicada en las afueras de la ciudad iraquí de Basora (sur), ha sido desde 2003 el centro donde EE.UU. ha entrenado a los más salvajes terroristas takfiríes, incluidos destacados cabecillas de la banda EIIL (Daesh, en árabe).
Uno de estos terroristas fue Ibrahim al-Samarrai, alias Abu Bakr al-Bagdadi, quien se dio a conocer a sí mismo como el máximo cabecilla de Daesh en julio de 2014, cuando desde Mosul (norte de Irak) anunció la creación de un denominado ‘califato’ con Al-Raqa (norte de Siria) como su capital. Según revela un informe del diario británico The Guardian, el líder del EIIL estuvo detenido unos 11 meses en la prisión Camp Bucca.
Al-Bagdadi, en realidad, fue detenido por militares norteamericanos el 4 de febrero de 2004, antes de que se proclamara el máximo jefe de la banda takfirí y casi un año después de que Estados Unidos invadiera Irak, supuestamente cuando visitó a su amigo Nessayif Numan Nessayif, en la ciudad iraquí de Faluya, en la provincia occidental de Al-Anbar.
Otros cabecillas importantes de Daesh, como Samir Abd Muhamed al-Khlifawi, alias Hayi Bakr, —asesinado en Siria en 2014— también pasaron meses retenidos en Camp Bucca; sin embargo, lo curioso es que todos ellos fueron liberados pese a ser considerados criminales peligrosos.
Para nosotros (la cárcel Camp Bucca) fue una academia. (…) Pero, para los líderes principales (de Daesh) fue una escuela de gestión. No había ningún vacío, ya que muchas personas habían sido asesoradas en la prisión”, ha dicho un miembro del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), identificado como Abu Ahmed, en declaraciones al diario británico The Guardian.
‘EEUU entrena a 1000 miembros de Daesh en Al-Anbar de Irak’ | HISPANTV
La organización iraquí Badr revela que EE.UU. está entrenando a cientos de terroristas del grupo EIIL (Daesh, en árabe) en la provincia occidental de Al-Anbar.
Citando a un miembro de Daesh, identificado como Abu Ahmed, The Guardian asegura que esta banda takfirí nació, bajo supervisión de Washington, en esta cárcel, que ha sido un punto de conexión clave para fraguar la alianza entre los líderes terroristas y los oficiales baasistas que sirvieron bajo el mandato del exdictador iraquí Sadam Husein, quienes posteriormente se sumaron a EIIL.
“Para nosotros (la cárcel Camp Bucca) fue una academia. (…) Pero, para los líderes principales (de Daesh) fue una escuela de gestión. No había ningún vacío, ya que muchas personas habían sido asesoradas en la prisión”, ha explicado Abu Ahmed.
Varios militares estadounidenses que estuvieron en dicha prisión han reconocido que Camp Bucca fue un lugar estratégico para el extremismo.
“Los extremistas estaban básicamente gestionando una universidad para entrenar terroristas en nuestras propias instalaciones, de manera que nosotros liberábamos a individuos que eran más radicales que cuando llegaron (a la cárcel de Camp Bucca en Irak)”, censuró David Petraeus, un comandante del Ejército estadounidense que sirvió en suelo iraquí de 2007 a 2008.
Las autoridades iraquíes han denunciado en reiteradas ocasiones el papel de Washington en la creación de Daesh y han acusado a Washington y sus aliados regionales y occidentales de seguir usando a los extremistas para lograr sus objetivos desestabilizadores en la región.
Ante tal escenario y, en especial, después de que, en diciembre del 2017, el entonces primer ministro iraquí Haidar al-Abadi anunciara el fin de la guerra contra EIIL en Irak, las voces para pedir la retirada inmediata de las fuerzas estadounidenses se han intensificado en el país árabe.
El Ministerio de Defensa de Irak volvió a señalar el jueves pasado que las tropas de Estados Unidos ya no pueden sentirse como en casa en el suelo iraquí y dio un ultimátum a Washington para que evacuase sus tropas del norte del país dentro de cuatro semanas.
HispanTV
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