Parece que se han puesto de acuerdo, pero no es así. La coincidencia de las elecciones en Uruguay con las de Argentina este domingo es sencillamente eso, una coincidencia. Cualquier otro parecido a uno lado y otro del río de La Plata, es difícil de encontrar. Los candidatos son diferentes aunque se busquen parecidos (a Luis Lacalle Pou lo comparan con Mauricio Macri y a Daniel Martínez, del Frente Amplio, con Alberto Fernández) y los desafíos, también. Dicho esto, lo que pase en Argentina el domingo repercutirá sin duda en la economía de Uruguay, pero no a la inversa.
Por primera vez en 15 años la coalición de izquierda del Frente Amplio ve peligrar su hegemonía. La amenaza más cercana –y a la derecha– es la de Lacalle Pou, senador y abogado de 46 años que eligió un eslogan que suena familiar en España: «Lo que nos une». Según los sondeos, quedaría segundo, pero el favorito, Martínez, no lograría el 50% necesario para proclamarse presidente y tendría más complicado hacer alianzas en la segunda vuelta.
El sueño del Frente Amplio de sumar, en primera vuelta, a su candidato a su lista de presidentes que han gobernado sin interrupción pero con alternancia (Tabaré Vázquez, Jose «Pepe» Mujica, Tabaré Vázquez) parece imposible. El techo de 41% de votos es el más alto que le adjudican las encuestas. En el caso del Partido Nacional, no lograría superar el 27%, mientras Ernesto Talvi, del Colorado (bisagra del ganador en un balotaje), como mucho llegaría al 16. Cabildo Abierto, la novedad, se quedaría en 12. Este tiene como esperanza blanca al general retirado Guido Manini Ríos, versión rioplatense de Jair Bolsonaro.
La consultora Factum adjudica un 40% al Frente Amplio, un 28 al Nacional, un 13 al Colorado y un 11 a Cabildo Abierto. La firma Cifra también advierte un balotaje entre los dos favoritos y coincide que ningún partido tendrá mayoría absoluta en el Parlamento. Este dato significaría, además, romper con el control durante la última década laraga, del Frente Amplio en ambas Cámaras.
abc