El Gobierno ultima este domingo los preparativos técnicos para la exhumación y traslado de los restos de Franco, según fuentes de La Moncloa. La hospedería del Valle de los Caídos, que cerró el acceso al público pese a las reservas previas, ha difundido una fotografía en su cuenta de Twitter quejándose de la entrada de maquinaria pesada en el complejo “para proceder a la profanación”. La entrada al monumento permanece también cerrada al público y ha aumentado el despliegue de Guardia Civil en la zona.
El traslado de los restos del dictador desde el Valle de los Caídos al cementerio de Mingorrubio, en El Pardo, se realizará por vía aérea, en helicóptero, si las condiciones meteorológicas no lo impiden. El Gobierno quiere evitar así posibles sabotajes en la carretera. En el proceso de exhumación, para el que el Ejecutivo estima un trabajo de tres horas de duración, estarán presentes un forense, la familia de Franco y la ministra de Justicia, Dolores Delgado, como notaria mayor del reino, además de los operarios de la funeraria. El coste de la retirada de la losa de granito de 1.500 kilos es de 3.090 euros. Posteriormente, se colocarán unos muretes de apoyo formados con ladrillo de medio pie de espesor asentado sobre cama de mortero de cemento y arena. La colocación del forjado y enlosado de mármol posterior requerirá dos días más de trabajo.
El equipo encargado de la exhumación llevará un nuevo ataúd ante la previsión de que el féretro en el que yacen los restos del dictador, cubierto por una caja de zinc, no se encuentre en buen estado y eso pudiera complicar el traslado hasta Mingorrubio.
Durante la exhumación estará presente la familia del Franco, que podrá trasladar el féretro hasta la salida de la basílica si así lo desean. El Gobierno colocará un biombo alrededor de la tumba de Franco y no permitirá el acceso a la prensa a la basílica.
El Ejecutivo anunció que procedería al traslado de los restos del dictador “antes del 25 de octubre” (viernes) tras recibir el aval del Tribunal Supremo, que rechazó los recursos de los nietos del dictador para tratar de evitarlo. Tanto el Constitucional como Estrasburgo rechazaron también medidas cautelarísimas para frenar la exhumación. El juez José Yusty, que la suspendió alegando motivos de seguridad para los operarios, también archivó su causa.
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