La antigua Roma se extiende durante un larguísimo período histórico, entre el 743 a.C. y el 476 d.C., pero difícilmente ha coincidido un solo minuto en el tiempo con Estados Unidos, que no se fundó hasta 1776, trece siglos después de la caída de Roma ante el empuje de los bárbaros (los hérulos, en concreto). Lo más inquietante del desliz es que minutos antes, Trump había glosado la figura del navegante genovés Cristóbal Colón que como (casi) todo el mundo sabe descubrió el Nuevo Mundo para Europa en 1492.
El desliz histórico del presidente Trump ha servido de excusa para un tsunami de chistes y bromas a costa del presidente: “La cara de la traductora al italiano de la Casa Blanca cuando ha llamado al presidente “Mozzarella” y le ha dicho que EE.UU. e Italia han sido aliados desde la antigua Roma”, bromeaba un tuitero a propósito de la cara de estupefacción de la traductora.
En realidad, Trump no llamó “Mozzarella” a Mattarella (pero podía haber sucedido) y la traductora ni siquiera estaba presente en la escena del flash-back de la antigua Roma. La colección de caras perplejas de la mujer viene de este otro bochornoso momento, en el que Trump repite una y otra vez “que quiere ver el server”.
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