París señaló que próximamente tomará medidas para garantizar la seguridad de los efectivos y el personal civil de Francia que han sido desplegados en las zonas de combates. El anuncio llega tras la ofensiva lanzada por Turquía en el norte de Siria.
Los soldados franceses dependen considerablemente de la logística estadounidense, por ello es necesario que las autoridades del país galo garanticen la seguridad de estas fuerzas para que no se vean entre la espada y la pared, es decir, entre el Ejército turco y el de Bashar Asad, explicó el experto.
"La postura de Francia es la siguiente: la incursión de Turquía en Siria es inaceptable, hay que brindar apoyo a los kurdos. No se les puede abandonar y es necesario tomar medidas para garantizar la seguridad de nuestras tropas", subrayó.
En estas circunstancias, Paris debería entender qué mecanismos diplomáticas y qué recursos militares utilizar en caso de que el Ejército turco llegue a abrir fuego contra sus soldados. Trinquand no descarta la posibilidad de que en caso de una agresión turca, las fuerzas galas "serían capaces de aniquilar varios blindados (...) ya que cuentan con todos los medios para poder hacerlo".
El Gobierno francés anunció el 13 de octubre el cese del cumplimiento de todos los programas de suministros de equipos militares a Turquía dado que el país otomano podría utilizarlos en su operación militar en Siria.
No obstante, el experto reconoció que esta decisión no frenará la operación turca. El único país que puede influir en Turquía es Rusia, de acuerdo con el general.
"Moscú tendrá la última palabra en esta situación. Rusia es el aliado de Turquía por un lado y por otro es el de Bashar Asad. En este momento sus aliados se están enfrentando entre sí, por eso la llave está en manos del presidente ruso, Vladímir Putin: tendrá que encontrar la manera de influir en Erdogan", aseveró.
Además, el general mencionó la cooperación militar que Moscú ha entablado con Ankara. En particular, señaló la compra de los sistemas S400 por parte de Turquía. Actualmente, Europa y Rusia son los que tienen que llegar a un acuerdo sobre las acciones del presidente turco, concluyó.
Sputnik