"Igual que muchos otros, McKinley estaba decepcionado por la falta de apoyo público por parte de Pompeo a los diplomáticos mencionados en el escándalo relacionado con Ucrania y convocados al Congreso para testificar", dice el medio citando a fuentes propias.
Para la semana que viene están programados los testimonios ante el Congreso de la exembajadora estadounidense en Kiev Marie Yovanovitch, la exasesora de la Casa Blanca para Rusia Fiona Hill, el subsecretario adjunto George Kent y el consejero del Departamento de Estado Ulrich Brechbuhl.
Según el medio, McKinley llevaba más de 30 años trabajando para el Departamento de Estado, ocupando cargos de embajador en Afganistán, Colombia y Perú.
El diplomático se desempeñaba como embajador en Brasil cuando el año pasado Pompeo le reclutó como su asesor político.
La Cámara de Representantes de EEUU inició un proceso de juicio político contra Trump bajo la sospecha de que habría presionado el 25 de julio, en conversación telefónica con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para investigar al hijo de Joe Biden, exvicepresidente y hoy precandidato presidencial del opositor Partido Demócrata para las comicios de 2020.
La transcripción oficial, publicada por la Casa Blanca después de que se denunciara el caso, muestra que Trump se refirió repetidamente al caso Biden, pero el mandatario estadounidense asegura que demuestra también que no hubo presión.
Zelenski también niega que hubiera sido objeto de presión.
El hijo menor de Joe Biden, Hunter, se incorporó a la junta directiva de la compañía de gas ucraniana Burisma Group en mayo de 2014, a pocas semanas de que su padre, por aquellas fechas vicepresidente de EEUU, realizara una visita oficial a Ucrania.
En 2016 el entonces fiscal general de Ucrania, Víctor Shokin, comenzó a investigar a esta empresa por corrupción.
Tras su destitución en marzo del mismo año, exigida por Biden según el propio Shokin, los procesos judiciales contra Burisma Group fueron cerrados.
Sputnik
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