En los últimos 25 años, 16 presidentes latinoamericanos dejaron el poder antes de terminar su mandato. Renunciaron ante graves crisis sociales o económicas, fueron derrocados por golpes de Estado o los destituyeron bajo una decisión del Legislativo. De estos, tres eran ecuatorianos.
Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez abandonaron su cargo bajo la presión de masivas manifestaciones similares a las que hoy sacuden a Ecuador.
Tras dos años de asumir como jefe de Estado de Ecuador, Lenín Moreno enfrenta el peor periodo de su administración. Las protestas indígenas y sindicales que estallaron el pasado jueves rechazan las medidas económicas que adoptó el Ejecutivo como parte de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir créditos por USD 4.200 millones con los que pretende reducir el alto endeudamiento del país.
Los cerca de 20.000 indígenas que ingresaron a Quito este lunes también objetan la eliminación de los subsidios al diésel y a la gasolina conocida como "extra", la de mayor consumo nacional; la reducción de 30 a 15 días de las vacaciones anuales para empleados públicos; la disminución en un 20% de los salarios en la renovación de contratos ocasionales y el aporte obligatorio mensual de un día de salario.
Así mismo, exigen la renuncia de los ministros de Gobierno, María Paula Romo, y de Defensa, Oswaldo Jarrín.
En este contexto se contabilizan cinco muertos, más de 80 heridos (incluidos uniformados) y más de 700 personas capturadas, de las cuales 142 fueron procesadas e imputadas por delitos como paralización del servicio público, daño al bien ajeno, ataque o resistencia, robo, porte de armas, asociación ilícita y violación a la propiedad privada.
Entre tanto, y previniendo un intento de golpe de Estado, el 3 de octubre Lenín Moreno mudó la sede de gobierno hacia Guayaquil y decretó un estado de excepción para contener las “circunstancias de grave conmoción interna” por el cierre de vías.
Pese a las dificultades, el presidente Moreno afirma que no renunciará bajo ninguna circunstancia porque, según él, está tomando las “decisiones correctas” en favor del país.
Este escenario permite recordar quiénes fueron los mandatarios ecuatorianos que cedieron ante la presión ejercida por las manifestaciones civiles.
Abdalá Bucaram (1996-1997)
El expresidente Abdalá Jaime Bucaram Ortiz solo ejerció el liderazgo de su nación por cinco meses y 25 días. Tomó posesión el 10 de agosto de 1996 y fue destituido el 6 de febrero de 1997 por el Congreso ecuatoriano.
En su corto mandato trazó un derrotero de ajustes económicos, políticos y sociales que duraron por lo menos 10 años. Sin embargo, los seis meses en el poder le fueron suficientes para verse involucrado en escándalos administrativos por corrupción y nepotismo.
Bucaram fue acusado de desviar millones de sucres (antigua moneda ecuatoriana) en el marco del proyecto “Mochila escolar”, con el cual se buscaba dotar a los niños de bajos recursos con útiles escolares y alimentación.
Dicha instintiva, estimada en unos USD 40 millones -de la época-, nunca se llevó a cabo. Por lo mismo, Bucaram, junto a la entonces ministra de Educación, Sandra Correa, fueron involucrados en un proceso judicial que prescribió en el 2017.
Bucaram fue enjuiciado por peculado después de haber girado 11.000 millones de sucres de los gastos reservados de la Presidencia a cuentas de agentes de seguridad del Palacio de Carondelet (casa de Gobierno).
El llamado “Loco” Bucaram ejecutó una estrategia económica planeada por Domingo Cavallo (ministro de Economía en Argentina durante el “Corralito”) que aumentó el costo de servicios básicos como la electricidad, el gas doméstico, el agua potable y la telefonía, originando un fuerte descontento social que desembocó en protestas a nivel nacional y paros que aceleraron su derrocamiento.
Tras 11 días de revueltas en las calles, el poder legislativo destituyó a Bucaram por “incapacidad mental” -una figura consagrada en la Constitución que permite declarar vacante el cargo de presidente-. El “Loco” dejó el Palacio de Carondelet y se autoexilió por 20 años en Panamá.
Cuando regresó a su país respaldó la candidatura del actual jefe de Estado, Lenín Moreno.
Jamil Mahuad (1998-2000)
El fin del conflicto fronterizo con Perú en 1998, la quiebra o cierre de 21 bancos, una economía que bordeó la hiperinflación y una devaluación acelerada que condujo a la dolarización, marcaron el paso de Jamil Mahuad por la presidencia de Ecuador a finales del siglo XX.
Mahuad se ancló en una corta administración de dos años en la que el desempleo alcanzó un pico del 29%, se produjo la compresión del consumo nacional por los dineros congelados en los bancos y las familias empobrecidas iniciaron un éxodo que las llevó a países colindantes y a naciones europeas como España e Italia: entre 1996 y 2001, más de 180.000 ecuatorianos emigraron a España y más de 37.000 llegaron a Italia.
El desplome bancario atizó la indignación de sus dueños quienes salieron a las calles para repudiar las políticas del entonces presidente. Por su parte, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) -misma que hoy se levanta contra Lenín Moreno- se tomó el Congreso y, con el apoyo de las Fuerzas Armadas, provocaron el derrocamiento de Mahuad el 21 de enero del 2000.
Un día después, el vicepresidente Gustavo Noboa juró como presidente de Ecuador en el Congreso instalado en Guayaquil. Permaneció en el cargo hasta el 2003, cuando Lucio Gutiérrez ganó los comicios.
Después de 529 días de mandato, Mahuad viajó a Estados Unidos donde se integró en abril del 2000 como profesor del Kennedy School -perteneciente a la Universidad de Harvard-. La justicia ecuatoriana lo requiere por el presunto delito de peculado -malversación de fondos públicos-, lo que le significaría una pena de 12 años en prisión.
Lucio Gutiérrez (2003-2005)
Lucio Gutiérrez fue miembro de la rebelión indígena y militar que derrocó al expresidente Jamil Mahuad en el 2000. En ese entonces, fue arrestado por golpista y confinado en el fuerte militar Atahualpa. Allí estuvo recluido por 120 días hasta que el Parlamento le otorgó la amnistía. Para las elecciones del 2002, se postuló como candidato presidencial y ganó en la segunda vuelta.
El 15 de enero del 2003, Gutiérrez asumió una administración definida por múltiples casos de corrupción dentro de las Fuerzas Armadas (FFAA). Creó la "Pichi" Corte que buscaba eliminar los juicios para los expresidentes Gustavo Noboa y Abdalá Bucaram.
Como ocurre ahora en Ecuador, el aumento del costo del combustible y el incumplimiento del plan político llevó a 70.000 personas a protestar durante varias semanas. El resultado, la dimisión de los otrora ministros del Interior, Jaime Damerval, y de Infraestructura, Jorge Pinos.
Ese movimiento ciudadano, bautizado con el nombre de la “Rebelión de los forajidos” y liderado por la élite académica de Quito, hizo que las FFAA le retiraran su respaldo a Gutiérrez. El Congreso lo destituyó por abandono del cargo y en su lugar asumió el vicepresidente Alfredo Palacio.
El 20 de abril de 2005, desde el Palacio de Carondelet, Gutiérrez abordó un helicóptero y escapó a Brasil.
anadolu agency
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