Las ruinas escondidas en el Parque Nacional Lago Lomond y los Trossachs, en Escocia, habrían sido un sitio ideal para destilar whisky ilegalmente, sugiere un arqueólogo.

Los restos de esas antiguas edificaciones, ubicadas a casi 30 kilómetros de la ciudad de Glasgow, datan de finales del siglo XVIII y fueron descubiertos en 2018 por un grupo de historiares, para luego ser estudiados por expertos de la agencia de Silvicultura y Tierras de Escocia (FLS, por sus siglas en inglés).

Matt Ritchie, arqueólogo de la FLS y responsable de la investigación, realizó un mapeado del sitio en 3D y descubrió que el lugar albergaba dos granjas separadas entre sí por una distancia de 200 metros, con un arroyo que corría entre ellas, y que contaban con grandes hornos de secado de maíz (uno de los ingredientes de esa bebida alcohólica).

Tras múltiples indagaciones, el experto considera que el sitio pudo haber sido utilizado para la producción ilícita de whisky a gran escala. "Ubicado en un área relativamente inaccesible pero cercana a Glasgow, muy cerca del agua y con fuertes asociaciones con varias de las familias importantes del distrito, es posible que el sitio fuera una destilería clandestina, que producía whisky ilícito a principios del siglo XIX", considera Ritchie.

Aunque aún no se ha confirmado esa suposición, el arqueólogo asegura que una investigación más profunda podría dar más detalles sobre la actividad que se realizaba en aquel lugar.

Hacia el año 1788, el Gobierno escocés trató de controlar la producción de whisky y emitió una ley de impuestos especiales que prohibía el uso de alambiques capaces de producir hasta 100 galones (450 litros) a la vez. La producción de la bebida pasó a la clandestinidad y los lugares de fabricación se trasladaron a lugares remotos.

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