La mayoría de las víctimas son personas ancianas que se vieron arrastradas por las riadas o fueron sepultadas en el interior de casas, después de que las fuertes lluvias provocaran el colapso de los muros.
En la ciudad de Busan, en el sur, aún continúa una operación de desescombro para salvar a cuatro vecinos que habrían quedado atrapados tras un deslave.
El Mitag, tifón número 18 en lo que va de esta temporada, descargó más de 550 litros por metro cuadrado en Uljin, en el este de la península, y paralizó el servicio de autobuses en Gangneung, sede de las competiciones de patinaje y hockey durante los Juegos Olímpicos de 2018. En Bonghwa provocó el descarrilamiento de un tren turístico, sin que se reportaran víctimas.
La llegada del tifón obligó a cancelar también centenares de vuelos.
El tráfico aéreo volvió a la normalidad el jueves por la mañana, pero un centenar de rutas marítimas se mantienen inoperativas y miles de hogares todavía permanecen sin luz.
Sputnik
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